Málaga

Una vuelta al cole en Málaga más positiva de lo esperado

  • Los escolares han regresado con ganas y concienciados, quizás sean ellos los que den lecciones

  • Algunos centros todavía esperan el refuerzo Covid prometido

Filas de alumnos con las distancias marcadas en el colegio Doctor Gálvez Moll.

Filas de alumnos con las distancias marcadas en el colegio Doctor Gálvez Moll.

Las primeras impresiones de la vuelta al cole han sido más positivas de lo que cabía esperar. El miedo de las familias al contagio y la incertidumbre de los docentes sobre los protocolos Covid llenaron de nerviosismo y tensión a toda la comunidad educativa los primeros días de septiembre.

Después de seis meses sin clases presenciales volver a los centros cuando las cifras de la pandemia, además, son poco alentadoras no ha sido fácil. Sin embargo, los dos primeros días se han superado con cierto éxito, se ha comprobado lo que funciona y lo que no y se han corregido deficiencias. Eso sí, algunos centros todavía esperan el refuerzo de personal prometido por la Junta de Andalucía.

Silvia Frey es directora del colegio Domingo Lozano, en la zona de Carranque, y presidenta de Asadipre, la asociación que reúne a los directores de colegios de Infantil y Primaria. “Había mucha tensión, nunca se sabe si va a salir todo como estaba programado y organizado, pero ha sido muy positivo, las familias han colaborado al cien por cien, se han respetado las normas, los niños han venido con una ilusión muy grande, con muchas ganas de empezar, se les veía felices”, comenta Frey.

Colegio Domingo Lozano

También los profesores, destaca la directora, “tenían muchas ganas de empezar pero vinieron con cierto miedo, que se fue quitando a medida que los niños fueron entrando”. Para facilitar la explicación de la nueva normalidad en su centro, todos los grupos tuvieron una hora de entrada distinta. Hasta el próximo miércoles no comenzará el horario habitual y los servicios complementarios.

“Por mi impresión general y por lo que me cuentan otros directores, se ha empezado bien, las familias se han tranquilizado al ver las medidas de seguridad, no ha habido grandes protestas de padres ni muchas faltas, las asistencias han sido medianamente altas”, agrega Frey y subraya que en su colegio hasta los pequeños de Infantil han querido seguir con la mascarilla puesta. “Vienen todos muy concienciados”, apunta.

Una clase del colegio Domingo Lozano preparada días antes del regreso de los alumnos. Una clase del colegio Domingo Lozano preparada días antes del regreso de los alumnos.

Una clase del colegio Domingo Lozano preparada días antes del regreso de los alumnos. / Álvaro Cabrera (Málaga)

Colegio Manuel Altolaguirre

En el CEIP Manuel Altolaguirre, en Palma-Palmilla, todo el colegio comenzó con aula matinal, comedor y todo el horario, aunque el acceso de los grupos fue escalonado. “Las madres han llegado con mucho miedo”, indica Miguel Ángel Muñoz, director del centro. También había intranquilidad en los escolares, pero “los he visto muy obedientes a las normas y entendiendo perfectamente en qué situación estamos”, agrega.

Para Muñoz es imprescindible enseñar a los niños “a sobrevivir a una pandemia que va a ser larga”. El mensaje que lanza, por tanto, es de tranquilidad. Asegura que los protocolos funcionan, que los profesores mantienen las distancias y los recreos están controlados. “Estoy muy cansado de que se diga que la educación es un sistema deficitario cuando ahora mismo son los colegios son los sitios más seguros”, apunta.

“De aquí a los años que dure la pandemia no tenemos que estar pendientes de miedos, tienen que aprender a vivir en una sociedad de pandemia, hay que dejar ser menos ombligo y pensar de que esto lo sacamos entre todos, la educación es un derecho fundamental y los maestros tenemos que enseñar”, sostiene Muñoz.

Colegio Doctor Gálvez Moll 

En el colegio Doctor Gálvez Moll, también en Palma-Palmilla, los escolares “nos han sorprendido para bien, vienen con sus mascarillas, guardan la distancia en la fila, están muy concienciados”, explica Gema Morales, jefa de estudios. Sin embargo, les preocupa la falta de recursos materiales y humanos para llevar a cabo el protocolo.

“Tenemos un solo conserje para las dos puertas y no ha llegado, ni va a llegar, ningún profesor más de apoyo, solo tenemos tres horas más de refuerzo de limpieza, ni siquiera una persona más, esto es todo el refuerzo Covid de la administración”, critica Morales.

Alfombrilla desinfectante y gel para recibir a los alumnos en el Gálvez Moll. Alfombrilla desinfectante y gel para recibir a los alumnos en el Gálvez Moll.

Alfombrilla desinfectante y gel para recibir a los alumnos en el Gálvez Moll.

El Centro de Profesorado les ha proporcionado una caja de 450 mascarillas. “Esto solo nos daría para repartir dos días a los niños y somos un colegio de compensatoria, a nuestras familias les cuesta esta poder hacer esta inversión”, apunta la jefa de estudios. Y agrega que los profesores se van a financiar de su bolsillo las FPP 2.

Con el presupuesto del centro han comprado más mascarillas, además de dosificadores de gel, alfombras, desinfectantes, termómetros para cada clase, guantes, sobres para guardar las mascarillas y batas desechables para la sala Covid.

“Nos sentimos un poco desprotegidos, sin recursos suficientes para atender al protocolo Covid que nos han exigido y con una formación escasa y de poca calidad, falta de coordinación entre Salud y Educación, a quien estamos agradecidas es al gran esfuerzo de los maestros”, consideran desde la directiva del Gálvez Moll. A pesar de todo, los “niños llegaron contentos, un poco miedosos pero estaban locos por venir, no lloraron ni los pequeños”, añaden.

Colegio Nuestra Señora de Gracia (Riogordo)

Una clase de Primaria del colegio Nuestra Señora de Gracia de Riogordo. Una clase de Primaria del colegio Nuestra Señora de Gracia de Riogordo.

Una clase de Primaria del colegio Nuestra Señora de Gracia de Riogordo.

Óscar Almazán es docente del colegio Nuestra Señora de Gracia en Riogordo. “La experiencia de los primeros días ha sido más positiva de lo que esperábamos, pero hay que hacer doble esfuerzo en todo, estar muy pendiente, lavarse mucho las manos, fijar pupitres al suelo con una marca, guardar la distancia, extremar la limpieza y da pena no poder dar un abrazo, no tener contacto, alto tan básico en nuestra profesión”, comenta el profesor.

En su centro, la entrada también se hizo escalonada, tienen distintos turnos de patio y se respetarán los grupos de convivencia sin que se puedan mezclar, “lo que es un poco triste pero necesario”. “Hemos visto a los niños muy sensibles y concienciados con el tema”, agrega y señala que tanto operarios municipales, como compañeros, “todo el mundo a echado una mano y ha estado muy pendiente”. Lo que sí les preocupa es que todavía no tienen asignado el apoyo Covid.

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