El jeque máximo accionista del Málaga, Abdullah bin Nasser Al-Thani, deberá de asignar alguien que recoja y se quede los bienes que tenía en la casa de Benalmádena en la que solía hospedarse el catarí cuando venía a la Costa del Sol. El inmueble era sufragado por el Málaga CF que ya no abona las facturas y extinguió dicho contrato como una de las medidas de ahorro impuestas por el administrador judicial que rige el club.

Ahora, los Al-Thani tiene un plazo de tres días para designar a alguien que recoja los bienes que en dicha casa hay y son de su propiedad, entre ellos, ropa, relojes, y un par de automóviles que deberán de ser sacados del lugar por quien designe la familia catarí a cuyo nombre están la mayoría de títulos accionariales del equipo andaluz. Si esa designación no se produce en tiempo y forma, los bienes pasarán a ser considerados como abandonados y estarán a merced de quien los encuentre.

El gasto en residencias de los Al-Thani era bastante elevado y corría a cuenta del club que, después de ser intervenido judicialmente, empezó a ver que parte del presupuesto de la entidad deportiva se gastaba en elementos de la vida diaria de los cataríes. Rescindidos esos contratos, el conjunto malacitano ha podido ahorrar más de un millón de euros y ahora los enseres que están dentro del inmueble deben de ser recogidos para que éste se quede totalmente disponible. Se hace raro pensar que los Al-Thani no designen a nadie y los bienes queden en la calle.