Málaga C. F.

Cantera de guardia

  • Fornals, Juanpi, Luis Muñoz, Ontiveros, Mikel y En-Nesyri copan portadas. Están tirando del carro y suman seis goles y tres asistencias.

Que tu equipo gane, que lo haga bien jugando al fútbol y que haya protagonismo de la cantera en ello. Podría ser el minidecálogo de un aficionado al fútbol. Y si los hay del Málaga que piensen así, deben estar bien contentos. Porque los cachorros blanquiazules están de moda. Seguramente los más optimistas podrían imaginarlo, pero no es fácil que se dé. Todo club que se precie cuenta con los jóvenes como plan B por si las lesiones y sanciones hacen mella. Juande Ramos, azotado por las plagas desde la segunda jornada, no ha tenido más remedio que tirar de ellos. Y resulta que no sólo estaban para rellenar huecos, también han demostrado su capacidad para la respuesta a alto nivel.

Mikel Villanueva, Luis Muñoz, Pablo Fornals, Juanpi, Ontiveros y En-Nesyri son los jugadores con ADN de La Academia que ya han disputado minutos esta temporada con el primer equipo. A ellos se unen Aarón y Mula, quien también han disfrutado de una convocatoria con los mayores -Kuki Zalazar fue incluido en la de Mestalla, aunque acabó siendo el descarte de la lista de 19-. Ellos escriben la nueva hornada.

La cantera pareció sufrir un zarpazo irreparable cuando hace dos veranos se fueron a la vez los Samus, Juanmi y Darder. Ellos habían quedado como estandartes del primer equipo y, por su juventud, estaban llamados a marcar una época. Pero la agria situación económica llevó a perderlos de un plumazo. Lo sufrió Javi Gracia, que se tuvo que recomponer, pero La Academia ha seguido esculpiendo talentos de manera imparable. Ahí queda el campeonato de España logrado por los juveniles hace seis meses en Vera. Y sin haberse acabado aún el año algunos de esos protagonistas repiten heroicidad en Primera División.

Tan precoz y prolífica está siendo la cantera que Pablo Fornals parece un veterano al lado de ellos. Tiene sólo 20 años, pero ya suma 36 partidos, goles, asistencias y hasta la internacionalidad absoluta (también lo es con la sub 21). En Mestalla volvió a la primera línea de atención por su doblete, que recordó esa habilidad suya para llegar desde atrás al remate -está jugando como medio centro-. El castellonense es un chico anómalo para su edad, juega y se comporta como un veterano. Su cabeza es de las mejores amuebladas que se han visto por Martiricos y es un obseso del fútbol y de la capacidad de mejora. A efectos de juego, está lejos de lo que exhibió el año pasado, si bien lleva tres tantos en nueve partidos, todo un mérito. Comodín de Juande, evidencia un físico más preparado para la alta competición esta temporada.

Ontiveros ha sido de los últimos en tener continuidad, si bien igualmente acumula experiencia trabajando con los mayores. Javi Gracia ya se lo llevó de pretemporada y lo acostumbró a entrenar con el equipo hasta que debutó la anterior campaña en Cornellá. Jugó cuatro partidos, los mismo que lleva ahora. El reparto de minutos deja claro que entonces fue una solución temporal (57) y que ahora tiene peso (209). Juande Ramos se ha rendido a su descaro y capacidad de desequilibrio. Salió en la segunda parte ante el Sporting y fue el artífice de la remontada, en el Camp Nou todo lo que hizo fue con sentido, decidió en el descuento con un golazo soberbio al Deportivo y en Mestalla, ya con el derecho de disputar los 90 minutos, jugó con galones y sólo el doblete de Fornals le hizo sombra.

Youssef En-Nesyri disfrutó de una gran efervescencia ante el Eibar. Salió y obró otro golazo para sellar la remontada. Sus galopadas al espacio sembraron terror en la zaga armera. Desde entonces su estrella ha perdido brillo, pero ha jugado en 10 de los 14 partidos que van. En la retina queda que fue el máximo goleador de la pretemporada con una ratio de minutos-goles asombrosa.

Más discretamente se ha colado Mikel Villanueva, a quien le bastó ser titular y tener continuidad con el filial para convertirse en una habitual de Venezuela. A finales del año pasado se le renovó con la condición de que sería jugador del primer equipo a todos los efectos. Con Koné, Diego Llorente y Weligton partía como cuarto central en la rotación. Casi quinto habida cuenta de la polivalencia de Miguel Torres. Hoy en día es incuestionable su titularidad junto al madrileño. Todo cambió en el estadio de Mendizorroza. Hasta entonces el banquillo y la grada eran su hábitat; desde Vitoria no hay quien lo saque del once -sólo se perdió los 13 minutos finales del choque contra el Sporting porque Juande Ramos quiso arriesgar-. Es expeditivo y adorna sus cualidades con una excelente capacidad para sacar el balón jugado desde atrás. Aún no ha marcado, pero sus 190 centímetros deben dar alguna alegría durante el curso.

Luis Muñoz es el que ha tenido una presencia más efímera, si bien fue de calidad. Le tocó entrar en un momento muy complicado, cuando el Málaga se quedó con diez en el Camp Nou. Se adaptó muy bien a la exigencia y hasta pudo frenar a Neymar en un par de avances. Ya fijo en los entrenamientos del primer equipo, que Weligton esté lesionado de importancia y la pérdida de fe de Juande Ramos en Koné le pueden otorgar al menos la continuidad en las convocatorias.

En el último escalón queda el más veterano de todos, Juanpi. Ya son 44 encuentros en la élite. Y al inicio de esta temporada se le veía como un líder y el llegó dispuesto a aceptar ese rol. Comenzó de fábula, con un tanto ante Osasuna y tirando del equipo. A medida que ha ido avanzando la temporada su listón ha ido bajando, seguramente también por la mella física de tanto viaje a Sudamérica con la selección venezolana. Ha estado dando vueltas entre la mediapunta, las bandas y hasta el doble pivote. Cinco goles, la mayoría de ellos de gran factura, coronan su estadística en la élite a sus 22 años.

Cierto es que el escenario actual de bajas propicia su continuidad. Pero Juande tendrá un tremendo dilema si continúan mostrando este nivel. 6 goles, tres asistencias y un sinfín de intangibles es por el momento su gran aportación.

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