Lo que podía ir mal salió peor. El efecto por la gran victoria del Málaga CF el viernes en Villarreal quedó diluido con lo que ocurrió sábado y domingo. Todos los resultados de los rivales directos fueron victoria salvo en los que se medían entre ellos. Y en ese caso se produjo el peor resultado posible. Seis de los último nueve equipos en la tabla antes de la jornada ganaron sus respectivos partidos. El sábado ya había sido muy malo con las victorias del Racing sobre el Albacete (4-1), el Zaragoza sobre el Granada (1-0) y el Sporting en Ibiza (1-3). Había dejado a siete puntos la salvación.

Pero el domingo fue aún peor. En el duelo directo entre la Ponferradina y el Leganés, victoria con gol en el minuto 92 de los pepineros (Sergio González) para el 0-1. El Oviedo jugaba en la cancha del segundo clasificado, el Las Palmas. Y en el minuto 72 Borja Sánchez metió el tanto del triunfo del Oviedo para asaltar con el 0-1 en el Gran Canaria y saltar hasta los 43 puntos, como el Leganés, con 10 de ventaja sobre el Málaga y ocho sobre la Ponferradina, que con su derrota se queda con 35 y marca la zona roja. El Racing, como antes de la jornada, se queda como la referencia para los equipos en descenso, con 41 puntos. A ocho del Málaga.

Es la realidad de esta categoría, cualquiera puede ganar a cualquiera y no es un tópico manido. A expensas de que juegue el Alavés este lunes con el Andorra, los cuatro primeros clasificados no han ganado. Perdieron Las Palmas y Granada y empataron entre sí Eibar y Levante. Así que los cálculos que se pueden hacer antes de una jornada o echando un vistazo al calendario van quedando progresivamente en evidencia.

Al Málaga le quedan, básicamente, las matemáticas y la fe que puede haber dentro del vestuario. Habría que ganar seis de los siete partidos que quedan por delante. Y puede que no sea suficiente. El próximo domingo viene a La Rosaleda el Cartagena, que le ganó al Mirandés por 1-0. Por cierto, el equipo de la provincia burgalesa tiene 42 puntos y duelos directos y complicados. Los de la ciudad departamental ocupa la sexta plaza, la última que da acceso a la fase de ascenso a Primera División. O sea, que viene con todo. Pero no es garantía de nada, ni para un lado ni para otro.

El Málaga debe centrarse, pues, en intentar sumar en cada jornada y esperar que algún rival se desfonde. Hacer cuentas ya se ha visto que sirve de poco. Un Viernes Santo prometedor fue el preludio de un fin de semana de decepciones en otros campos, el sino malaguista.