El aliento de aire fresco que trajo Pablo Guede al malaguismo debe continuar. Ante el Valladolid se vio una primera puesta en escena más que valiosa e interesante del entrenador argentino. Tenía las ideas claras pese a ser el primer partido. Cambió el sistema, los jugadores e incluso el alma de un equipo comenzaba a dar signos de notable preocupación. El Málaga CF debe aprovechar la efervescencia con puntos y la siguiente piedra es el Leganés.

Hasta Butarque (16:00) se desplaza la expedición blanquiazul con una grandísima noticia, quizá no en lo deportivo pero sí en sensaciones y grupo. Vuelve Luis Muñoz tras algo más de seis meses desde que se rompiera el cruzado y en los primeros compases de la temporada. Fue un revés importante, quizá decisivo en el transcurso de los acontecimientos para un José Alberto que a las primeras de cambio perdió a su jugador más valioso. Sin él se perdía fútbol, físico y liderazgo, un trinomio esencial en el categoría.

Está de vuelta Luis aunque no se prevé que entre de lleno en el equipo de Guede. Su vuelta a la convocatoria no garantiza sus minutos pero sí puede ser el principio de su rodaje. Quedan siete partidos trascendentales y su aportación puede ser decisiva. Con Luis pero sin Juande ni Lombán aún, tampoco con un Adrián López que tuvo problemas en el cuádriceps y se pierde, como poco, este choque ante el Leganés. 

Con 21 puntos aún en juego, el Leganés no tiene todo dicho en una temporada en la que tampoco cumplió ni expectativas ni objetivos. Con 45 puntos, a 14 de los puestos de descenso que delimitan Amorebieta y Real Sociedad (31), es el Málaga el equipo que llega con suma necesidad a esta jornada. Los 38 de los blanquiazules, que les separan a siete del descenso, son insuficientes para la tranquilidad que exige este tramo final de la temporada.

Se esperan cambios en el once del Málaga, así lo aseguró Guede, que tiene todavía mucho que moldear en estas próximas semanas. Se definió como un entrenador de constante cambio, de adaptación, pero por encima de todo al que le gusta imponer su estilo de juego ante el rival. No lo pudo hacer de todo ante el Valladolid y espera que ante el Leganés, otro rival rocoso, puede dejar las primeras pinceladas de cómo quiere tratar el balón el argentino.