Viene época de partidos de selecciones con una ventana de encuentros antes del final de la temporada. En Sudamérica hay revolución en Uruguay con la llegada de Marcelo Bielsa al banquillo de la Celeste. No deja indiferente el técnico de Rosario allá donde va y ha generado bastante expectación. Su primera lista de convocados para los partidos amistosos ante Nicaragua y Cuba el 14 y 20 de junio ha generado sorpresa. Prescindió de la vieja guardia (Luis Suárez, Cavani, Cáceres, Muslera...) y ha metido savia nueva. Entre ella a un canterano de la Academia que ahora está en Alemania: Rodrigo Zalazar.

Rodrigo, hermano de Kuki, que destacó en aquella generación que fue campeona de España de juveniles con En-Nesyri, Luis Muñoz u Ontiveros, estuvo cuatro temporadas en Málaga. Tras formarse en el Albacete (allí su padre, José Luis, ahora también agente, es leyenda), llegó tras acabar la edad cadete siguiendo los pasos de su hermano. Cumplió el ciclo de tres años juveniles más una temporada en el Atlético Malagueño. En 2019 emprendió un camino que llevó a fichar por el Eintracht de Frankfurt, que le cedió al Korona Kielce polaco y al St. Pauli, antes de ir al histórico Schalke 04, donde fue cedido con opción de compra (1.5 millones de euros) y consiguió el ascenso a la Bundesliga, antes de volver a descender esta temporada a la segunda división. Zalazar intervino en 23 partidos, en los que metió dos goles y dio seis asistencias.

La llamada al centrocampista uruguayo por parte de la Celeste le revaloriza y, de paso, también puede dejar una pequeña pedrea en el Málaga. Con el descenso del club de Gelsenkirchen en el mercado y, aunque no parece que haya en ciernes un traspaso cuantioso, el Málaga percibiría un 4% de la hipotética transferencia por los mecanismos de solidaridad por formación de jugadores de la FIFA.