Sigue la escalada de tensión entre Fondo Sur y Frente Bokerón con el administrador judicial, José María Muñoz, al que tildan de "dictador judicial" en un nuevo comunicado firmado por la grada de animación malaguista. El hecho de que durante las protestas en el partido ante el Recreativo se colocara por los altavoces y en el videomarcador mensajes contra la intolerancia y la violencia aumentó las quejas.

"Desde Fondo Sur y el Frente Bokerón queremos manifestar que ayer decidimos protestar contra el "dictador judicial" José María Muñoz debido al continuo mareo que han sufrido nuestros abogados en los últimos meses. A lo largo de esta temporada, tanto José María Muñoz como Kike Pérez han intentado ganar tiempo mediante la programación de diversas reuniones, las cuales han sido aplazadas según su conveniencia, acompañadas de falsas promesas. Todo esto con el único propósito de evitar que nuestros compañeros sancionados puedan obtener sus abonos", decía el comunicado, que incidía en que "Sin embargo, ¿qué fue lo que nos sorprendió ayer, tanto a nosotros como a los 25.000 malaguistas presentes durante el partido? El intento de silenciarnos a través de mensajes de advertencia contra cánticos violentos a través del videomarcador. Cabe destacar que ninguno de nuestros cánticos ni de las pancartas exhibidas contenían insultos o incitaban a la violencia contra José María Muñoz".

Jugando con los siete pecados capitales, el comunicado señalaba que "por si alguien no conoce a José María Muñoz, se caracteriza por ser una persona notablemente soberbia, cuya falta de humildad se manifiesta en su propensión a menospreciar las opiniones y preocupaciones de los demás, mostrándose arrogante y autosuficiente en sus decisiones. Su avaricia es evidente en su búsqueda desmesurada de beneficios personales o financieros, priorizando sus propios intereses por encima de los del club. Además, su ira se manifiesta en reacciones impulsivas y descontroladas, como se evidenció con su mensaje en el videomarcador. Muñoz muestra una tendencia codiciosa, disfrutando del poder y control incluso a expensas de la integridad y la reputación del Málaga CF. Su comportamiento traicionero se refleja en su falta de lealtad hacia los valores y principios del club, priorizando sus propios intereses y relaciones personales por encima de la afición malaguista en general. Desde su posición en el club, exhibe una actitud chulesca y un deseo insaciable de poder y control, lo que muestra una marcada gula por el dominio absoluta. Por último, su inclinación hacia la lujuria se evidencia en el trato favorable hacia sus familiares en el palco del estadio, sin claridad sobre si son parte de los 20.000 socios actuales del club o simplemente beneficiarios de su favoritismo personal", profundizaba la carta, en la que se acababa que "para concluir, queremos recalcar que continuaremos expresando nuestras protestas de manera respetuosa dentro del campo hacia José María Muñoz en cada partido".