El Málaga se enfrenta esta tarde a la UD Las Palmas en el segundo partido del conjunto blanquiazul en su estadio de la semana. Abrió con el triunfo ante el Tenerife y pretende continuar la racha contra sus vecinos amarillos. Y La Rosaleda está preparada para el reto. Acudirán cerca de 20.000 personas, una cifra que recuerda ya a los tiempos donde la palabra pandemia no formaba parte de nuestro vocabulario diario y al Covid-19 era considerado un resfriao chungo.

El equipo de José Alberto López está jugando bien en casa, eso es innegable. Eso le ha ayudado a llegar a estas fechas invicto como local, con 20 puntos de 24 posibles y sólo dos tantos en su contra. Para ello se ha apoyado en alrededor de 13.000 fieles, que poco o nada fallan en su cita con el estadio de Martiricos. Habrá recibimiento al equipo y se intuye que también ceremonia cuando termine allá por el Fondo Sur 1904, una grada cada vez más homogénea y ruidosa, capaz de liderar al resto.

Esta vez contarán con refuerzos. Más de 3.000 entradas vendidas e invitaciones a miles de jóvenes para cultivar malaguismo y aprovechar el ímpetu propio de la edad. No es mal plan para evitar calvas en el estadio (que suena como si estuviera lleno con los que ya iban, ojo).

José Alberto López tendrá que reformar su último once. La baja de Genaro por sanción la aprovechará, salvo sorpresa, Ramón Enríquez. También se espera que Víctor Gómez vuelva a su carril tras el paso por la sub 21 (Iván Calero cumplió como relevo). En cuanto a los hombres de ataque, siempre hay dudas porque hay donde elegir y calidad. Aquí suele el asturiano combinar a sus versátiles futbolistas. Pero igual de importante o más es lograr bunkerizar la zaga y evitar tantos problemas a balón parado y en centros laterales.

Enfrente estará el conjunto canario, entrenado por Pepe Mel, que llega con bajas significativas pero marcha quinto con 27 puntos, los mismos que el cuarto, el Tenerife. No regresará a Málaga el lesionado de larga duración Adalberto Peñaranda, pero sí Armando Sadiku. Aunque sus atacantes más peligrosos e inspirados son Jonathan Viera y Jesé, de los que no se fía un pelo José Alberto.