Son días dramáticos en el Málaga, los peores en los últimos 25 años de existencia de la entidad. El club ha caído al abismo de la Primera RFEF y, evidentemente, el enfado es morrocotudo entre la afición. Un verano en el que se invitó a soñar ha acabado en una terrible pesadilla. Y el problema es que, salvo que algo cambie radicalmente en los próximos días, gran parte de los culpables del fracaso serán los encargados de intentar recomponer el equipo e intentar volver al fútbol profesional, de donde el Málaga ha sido expulsado. 

El administrador judicial, José María Muñoz, comparecerá acompañado del director general, Kike Pérez este martes 23 de mayo a partir de las 12:30 horas en la Sala de Prensa ‘Juan Cortés’ del Estadio La Rosaleda. Así informó la entidad este domingo, pocas horas después de confirmarse por fin el descenso de categoría. Urgen medidas y explicación de lo que se va a hacer y cómo. Porque el crédito de los responsables está bajo mínimo. Kike Pérez llegó hace un par de meses y desde entonces ha tenido un discurso más bien contemplativo y de unión de fuerzas. Pero ha llegado de que saque el bisturí y tome decisiones de calado muy grande. Ha repetido que su entrenador es Pellicer y ha tratado con numerosos directores deportivos hasta que ha elegido a Loren Juarros, que en las próximas horas debe convertirse de manera oficial en el encargado de la reconstrucción deportiva. Con la supervisión de Pérez, involucrado también en esta faceta.

En el caso de José María Muñoz, la jueza Ruiz González prorrogó hasta después del verano, seis meses como ha venido siendo la tónica, la administración judicial de la entidad. Su innegable labor de saneamiento económico de la entidad ha venido acompañada de un tremendo fracaso deportivo, sin paliativos. Con el cuarto límite salarial de la categoría se produce el descenso a la tercera categoría del balompié nacional y la consiguiente devaluación de la sociedad anónima. El martes darán explicaciones y, se espera, den a conocer soluciones y decisiones.