Málaga C.F.

Linares - Málaga CF: Oficio y beneficio (0-1)

El Málaga celebra el gol de Roberto en Linares.

El Málaga celebra el gol de Roberto en Linares. / Carlos Guerrero

El Málaga sigue de luna de miel y se llevó de viaje de novios a más de 2.000 personas que vivieron en el vetusto Linarejos una fiesta absoluta en la que esta vez no sobró el partido. El equipo de Sergio Pellicer libró el choque que había que librar. Completó la tarea esencial de dejar la portería a cero mostrando más personalidad y concentración que en todo lo que va de curso. Esperó su turno con paciencia para asestar el único golpe que necesitaba para tener al Linares donde quería. Y a falta de ese cerrar la faena con otro gol, brindó oficio. Así se tejen también los campeones, ganando porque hay que ganar.

Volvió Pellicer a dar un mínimo retoque que sin embargo significaba mucho. Entendía que el contexto del partido, lo que pensaba que encontraría en Linarejos, se podría afrontar mejor con Dani Lorenzo y Sangalli en el centro del campo junto a Genaro y sacrificar un alfil como Larrubia, que venía siendo uno de los más destacados.

Auguraba en una primera mitad donde cada metro habría que conquistarlo con sangre, sudor y lágrimas. Así resultó ser. El Linares fue un rival correoso y férreo, limitado técnicamente pero de ideas claras. Trató de empujar al Málaga contra la portería donde se apilaban dos millares de fervientes malaguistas. A falta de ocasiones, los locales trataban de finalizar jugada aunque fuese desde fuera del área y exprimían cada balón parado.

Los blanquiazules entendieron que les tocaba jugar con negras. Les costó quitarse de encima a los jugadores del Linares, muy pendientes de evitar conexiones en la medular y metiendo al Málaga en una tela de araña que a veces mutaba en frontón.

No había muchos metros para sorprender al adversario, pero pasada la media hora el Málaga tiró de recursos. Primero Kevin desatascó al equipo yéndose en un par de baldosas de varios defensores. Se activó también Roberto, que dominó el espacio aéreo para bajar un balón que fue el origen del tanto que acabaría celebrando. Lo sirvió desde el otro costado Víctor García, con una rosca infinita que bajó con nieve para el punta cordobés definiera con la testa. Dioni no le perdió la pista al esférico por si acaso hasta que estuvo bien dentro.

Con el 0-1 fue todo algo más natural y hasta Kevin sacó otro conejo de la chistera para crear otra llegada peligrosa. El descanso vino mejor al Linares pero permitía a Pellicer dibujar a sus hombres un plan para la segunda mitad en la que había que hacer oro del gol marcado.

En los primeros compases el Málaga siguió con la inercia pero el Linares dio un paso adelante que sin embargo no era bastante para desactivar a la zaga blanquiazul. Alcanzada la hora de juego, Pellicer quitó al amonestado Genaro y a Lorenzo por Manu Molina y Larrubia.

Subió la intensidad en el verde, con entradas más duras y el público de Linarejos subiendo decibelios. Hasta tuvo sus opciones el conjunto jiennense, especialmente con un disparo de Berlanga que Alfonso Herrero mandó a córner. No terminaba de lograr cerrar el encuentro el conjunto de Pellicer, que apenas amenazaron con un par de cabezazos de Roberto y Juande.

No cejó en su empeño el Linares, que hasta el añadido dio guerra y obligó a la defensa a mantener el nivel de alerta máxima. Fue práctico el Málaga, que jugó con la paciencia de su rival y no perdió los nervios ni el temple. Larrubia, Juan Hernández y Manu Molina se marcaron un rondo en el córner rival para exprimir los últimos granos de arena de un reloj que sonreía a los de Pellicer.

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