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Málaga CF - Ibiza: Disgustos hasta el final (1-1)

Escassi, en el Málaga CF - Ibiza

Escassi, en el Málaga CF - Ibiza / Carlos Guerrero

Hasta el último momento del último partido, hubo disgusto para el malaguismo. El Málaga se dejó empatar ante el Ibiza casi en el último instante del choque, poniendo así el sello que mejor define la temporada. Con un regalo, otro más, para que no se olvide que el equipo desciende por méritos propios o mejor dicho la ausencia de ellos. Adiós a las categorías profesionales un cuarto de siglo después.

No es que importase mucho el resultado porque ambos estaban más que descendidos, pero al menos a los 11.000 que fueron se les podría haber brindado un triunfo final que supiese a futuro y no más motivos para el hartazgo y la crítica más furibunda.

Para Sergio Pellicer era muy importante dar una imagen seria y responsable ante La Rosaleda en la última cita en la categoría. Puso el mejor once que tenía incluyendo a Álex Calvo como carrilero diestro por Delmás. Sin embargo, a los blanquiazules les pesaban las piernas más de lo habitual. No había mucho pulso, todo era estático, previsible, aburrido.

Cuando se jugaba andando el que mejor parado salía era Nolito. El veterano punta exprime estos ratos en el Ibiza, otro de los descendidos, y que dejó unas notas de lo que fue. El sevillano estuvo en la órbita del Málaga el pasado verano pero pedía demasiado dinero.

Los de Lucas Alcaraz andaban algo más vivos que los blanquiazules, que la primera vez que se amenazaron la portería ibicenca fue a los 22 minutos cuando Germán se durmió y Chavarría casi se la roba en boca de gol. No dio mucho más de sí el Málaga, que contó con un par de chispazos de Álex Calvo y otro de Cristian, con gran caño incluido.

La Grada de Animación cumplió con su propuesta y no entró hasta llegados los 25 minutos de partido. Hasta que se retiraron a los vestuarios, hubo variedad de cánticos a futbolistas y dirigentes del club, dando continuidad a la manifestación previa en la recta de Tribuna, donde se citaron numerosos de aficionados.

Pellicer retocó el once en el descanso. Dejó dentro a Aleix Febas, que disputó sus últimos minutos como malaguista, y tiró de Appiah. Pasó a un 4-4-2 con Luis Muñoz y Villalba en el doble pivote. Los blanquiazules cambiaron el chip y sin mucho esfuerzo arrinconaron al Ibiza.

Appiah, la gran decepción del mercado invernal, probó por la izquierda con la derecha y se le marchó fuera. Cambió de banda y encontró lo que buscaba. Tiró algunos recortes hasta encontrar la posición idónea antes de sacar un latigazo con la izquierda.

Aprovechó Pellicer también para hacer debutar en Segunda División a Bilal, lateral derecho del Atlético Malagueño que debutó en Copa en Tarragona. En esta temporada hubo momentos en los que parecía que tendría una oportunidad, pero no llegó. Algo parecido pasó con Rafa, un bravo centrocampista que tuvo sus minutos en la recta final de los finales. También Loren, una declaración de intenciones del técnico y que casa con el mensaje que está enviando el club a través de sus nuevos ejecutivos.

El Málaga estaba terminando bien, volcado en el campo rival, pero Segunda le metió el último guantazo a mano abierta. Una falta botada al área que se le escapó a Yáñez y Juan Ibiza -otro que pudo ser blanquiazul hace un par de temporadas- remató la faena. Así puso el Málaga fin a 25 años consecutivos en el fútbol profesional.

Comienza una nueva era con Kike Pérez y Loren Juarros como cabezas visibles, pero primero tienen que abrir de par en par las ventanas de Martiricos y reconducir un club lleno de acomodados y malos profesionales. De momento el discurso de ambos suena bien, pero esto es Málaga y la exigencia es máxima.

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