Se tiene meridianamente claro que si el Málaga CF asciende a Segunda División y sale del purgatorio de la Primera RFEF es porque La Rosaleda es un fortín. Hay, pues, que apuntalarlo para soñar en grande. Los tres últimos partidos se ha hecho más fuerte, con victorias ante Baleares (3-0), Recreativo (2-0) e Ibiza (1-0) después de una derrota ante el Castellón que dejó el ascenso directo a 13 puntos. Las dos últimas tuvieron un peso especial porque fueron ante rivales directos, de fase de ascenso. Era un punto mental que le faltaba al equipo de Pellicer, rebasar a contrarios de nivel, los que contienden por los mismos objetivos. Una reafirmación interna para constatar que se va por el buen camino. Está dando el Málaga los mínimos que se le piden a un equipo de esta jerarquía en una categoría en la que debe ser un equipo dominador. Pero no ha alcanzado los máximos, de lo que depende esa posibilidad de coger el atajo de vuelta al fútbol profesional. Y en ello andan Pellicer y sus jugadores, antes de recibir al Intercity este domingo (12:00 horas). Hubo una noticia en Castalia en la tarde del sábado que abre las aguas que hasta ahora parecían inalcanzables. Si el Málaga gana este domingo estará a cinco puntos del primer puesto, el de ascenso directo, todavía con muchos puntos por jugar. Más picante, pero también más responsabilidad.

Están gustando las matinales en La Rosaleda. Hay buenas entradas, el plan dominical es óptimo, fútbol y después comida, hay tiempo para todo, para la pasión y para socializar. Se echan en falta puntos que se fueron en casa. La derrota con el Alcoyano, el empate con el Sanluqueño, igualadas también con Córdoba y Real Madrid Castilla... Pero todo depende de lo que ocurre ahora en estos últimos tres meses de competición, con la posible prórroga para el play off pese a esa senda abierta con los tropiezos de Castellón e Ibiza.

Pellicer va recuperando efectivos poco a poco y el grupo va terminando de fraguar, no hay que olvidar que no deja de ser un bloque que se está conociendo este año. Aunque fuera del césped sigue habiendo mucho que mejorar, las sensaciones del Málaga son buenas cuando ya se huele la primavera. Eso es sinónimo de cosas importantes en el balompié. Y La Rosaleda, que pronto sufrirá una gran remodelación, tiene ganas de vivir cosas importantes, como sucedió hace 25 años.