Málaga C.F.

Málaga CF - Levante: Volver sobre el escudo (0-0)

Escassi, sangrando.

Escassi, sangrando. / Javier Albiñana

El Málaga sumó un punto ante el Levante y eso ahora mismo no sacia a nadie. Incluso, puede llegar a dar hasta coraje que haya sido en esta situación tan extrema cuando algunos jugadores han dado un paso al frente y estén ejecutando el plan de su entrenador. Porque hay atisbos de promesa en las dos últimas actuaciones del conjunto blanquiazul. No de lo que será, de lo que debió ser. Desde luego, unos cuantos han decidido que se regresará, como los espartanos, con el escudo o sobre él. Ahora toca esperar a que los demás no se escapen más y ver qué es capaz de sumar en un calendario que trae mucho rival directo.

Tenía toda la lógica del mundo repetir la alineación. Si tan contento estaba con lo visto y demostrado ante Las Palmas, no había motivos para cambiar. Tampoco los que regresaban de lesión o sanción son para tanto o han demostrado algo que los haga indiscutibles. Así que el timón para Ramón Enríquez, que andaba en el fondo del banquillo y ahora se espera que continúe con la bombilla encendida.

Fue convincente el Málaga una vez más, con las ideas muy claras y evidenciando que hay trabajo detrás. Los que han querido entender y comprar el paquete completo a Pellicer saltaron al césped y maniataron durante gran parte de la primera mitad al Levante, que es un contrincante feroz que necesitó poco para gozar de una ocasión escandalosamente clara o de amenazar a poco que un centrocampista vio adelantado a Yáñez.

Jugó con blancas el Málaga y arrastró al Levante donde quiso. Trazó emboscadas y los blanquiazules mordieron para entorpecer la salida desde atrás del cuadro granota. Fue vital la capacidad de sacrificio general, pero sobre todo de Febas y Cristian. El primero vio que el balón pasaba más por Ramón y Villalba que por sus botas, pero apretó los dientes y fue un incordio capaz de robar una cartera en su área o la del rival.

Lo del marbellí fue otra cosa. Como carrilero está aún más suelto. Fue un colmillo en ataque y tuvo pulmones para transiciones defensivas. Asombra su capacidad para armar de la nada centros precisos. No siempre tomó la mejor decisión pero salió airosos de varios retos, porque el nuevo rol que le pide madurez y cabeza no se ha llevado por delante el descaro.

Llegadas y saques de esquina, pizarra, hambre... Sensaciones de estar mostrando un pellizco del Málaga prometido justo cuando le atrapan arenas movedizas. Un disparo de Cristian a banda cambiada. La rosca de Ramón que lamió el poste. Pero en la recta final de la primera mitad el Levante se sacudió un poco la presión y advirtió que la segunda mitad iba a requerir de un esfuerzo mayor. Sin olvidar que igual en la siguiente el Iborra de turno no perdonaría.

Todo en el aire al descanso

No tardó mucho en la segunda mitad en hacerse con el partido, pero faltaba algo y Pellicer llamó a Rubén Castro y Chavarría. Mientras aguardaban en la banda, Villalba, Ramón y Cristian trenzaron una acción que centró el marbellí y se acabó quedando Lago en el área. Cárdenas y el poste evitaron el 1-0. Se fueron Sol y Ramón, que estaba bien, por los dos puntas.

Cuando mejor estaba el Málaga, llegó el hachazo arbitral. De la Fuente Ramos, el mismo hombre que expulsó hace pocas semanas a Burgos ante el Oviedo por protestar al asistente, mandó a Juande a la caseta al mostrarle la segunda amarilla. La primera no era tal y si lo era, también perdonó una a Saracchi en la primera parte.

Eso obligó a Pellicer a tener que retirar a Fran Villalba para blindarse con Escassi. El Levante olió la sangre porque sabía que el Málaga había quedado tocado después de mandar con solvencia toda la hora anterior. Montiel buscó sorprender a Yáñez en la misma falta y desde ahí los valencianos comenzaron a merodear el área.

De pronto se equilibraron las fuerzas. De la Fuente Ramos expulsó a De Frutos por pisar a Escassi cuando en un balón dividido cayó el malagueño al césped. Mientras unos y otros se adaptaban al nuevo mapa, a veces se rompió el partido generando algunas ocasiones. Bouldini se preparó en el área una chilenita que despejó con dificultad Yáñez.

Iba a quemar sus naves Pellicer con Calvo y Luis Muñoz cuando Wesley Moraes propinó un codazo a Escassi que dejó sangrando al veterano y recién salido malagueño, que se tuvo que marchar cuando no era lo previsto lógicamente. Y entre tanto accidente, amago frustrado de milagro.

Rubén Castro cazó un balón perdido en el área, donde siempre fue el mejor. Burgos buscó a Chavarría, que disparó mordido y Cárdenas pudo despejarla. Ahí actuó el canario. Entró el VAR y el árbitro pedía paciencia. Lo anuló por fuera de juego.

Se añadieron nueve y el partido murió donde siempre estuvo, Cristian centrando y alguien que no llega. El punto al Málaga le hace menos de Segunda justo cuando más parece un equipo de verdad.

 

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