El primer Madrid-Brujas fue en La Rosaleda
Málaga CF
El estadio malacitano acogió su primer encuentro de Copa de Europa en 1976 tras el cierre del Santiago Bernabéu
Ibáñez Narváez ofreció a Calderón y Bernabéu las instalaciones
Los más de 100 años de historia que tiene el fútbol regala infinidad de curiosidades, anécdotas y aventuras que ya han sido narradas, contadas y recordadas. Pero la memoria es vaga, parca y estéril, y estas historias acaban muchas veces por olvidarse. Con motivo de esta segunda jornada de la ChampionsLeague en la que se enfrentan el Real Madrid y el Brujas en el Santiago Bernabéu. Este enfrentamiento con los blancos como locales solo se ha producido en una ocasión de manera oficial, hace casi 43 años, pero no fue en su feudo, en el Santiago Bernabéu. Fue en el estadio de La Rosaleda. Sí, en Málaga.
Fue en el 1976, un 20 de octubre en el que en La Rosaleda se vivió el primer encuentro de la Copa de Europa de su historia –años después llegaría la incursión del EuroMálaga de Manuel Pellegrini–. ¿Y por qué? ¿Por qué jugó el Real Madrid como local en La Rosaleda y no en el Santiago Bernabéu? Muy sencillo. Los blancos fueron sancionados por la UEFA con dos partidos sin poder jugar en su estadio en competiciones europeas por lo que aconteció en éste durante las semifinales de la Copa de Europa de la temporada 1975/76. En el que el loco del Bernabéu, un aficionado, saltó al césped y agredió al árbitro austriaco Linemayer en el choque ante el Bayern de Múnich. Acabarían eliminados.
El Real Madrid cumpliría su primer partido de sanción con el Santiago Bernabéu cerrado en Mestalla, en un duelo ante el Stal Mielec polaco. El segundo, cuando parecía que lo acogería el Ramón Sánchez Pizjuán sevillano la decisión viraría hacía Málaga.
La previsión de que el estadio podría no llenarse –el Madrid jugó allí pocos días antes– y el ofrecimiento existente por parte de José Ibáñez Narváez, presidente malaguista durante casi dos años (de julio del 75 a marzo del 77). Antonio Calderón, gerente blanco por aquel entonces, telefoneó a Ibáñez para que ratificara su oferta. Aceptó. El Málaga celebraría su primer partido de Copa de Europa en su estadio por el que aceptó un 12% de la recaudación del enfrentamiento (más un 6% por gastos eléctricos). Las ganancias blanquiazules estuvieron estimadas en dos millones de pesetas. La localidad más barata (general de pie) costaba 300 pesetas; la más cara (tribuna cubierta), 1.200.
El Real Madrid se preparó en la ciudad costasoleña y entrenó en La Rosaleda en los días previos. En los periódicos de la época, como ABC, cuentan que cientos de jóvenes acudieron a los entrenamientos de los blancos. La sesiones eran a puerta abierta... cómo han cambiado las cosas. Los mismos medios anunciaban en la previa que el estadio malacitano no tendría a la venta almohadillas para los asistentes –por aquel entonces se carecía de butacas–. Al parecer, el público en La Rosaleda las utilizaba para arrojarlas al terreno de juego en reiteradas ocasiones.
Entre otras anécdotas de aquella cita histórica está el reconocimiento que vivió Santiago Bernabéu en Coín por una peña malaguista y madridista, al que le fue entregada una medalla. Aquel encuentro en La Rosaleda, el de ida de los octavos de final de la Copa de Europa, acabaría con 0-0 en el marcador. El Madrid naufragaría en Bélgica cayendo por 2-0, siendo apeado de la competición europea. Aquel año, el Liverpool ganaría su segunda orejona.
No hay comentarios