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Málaga CF - UD Las Palmas: Nuevos rostros, viejos pecados (0-4)

Febas, en una acción del Málaga CF - UD Las Palmas

Febas, en una acción del Málaga CF - UD Las Palmas / Marilú Báez

El Málaga perdió con Las Palmas de manera sonrojante y recogió el testigo del curso anterior. Viejos pecados en rostros a los que todavía no se ha hecho ni la afición. No anda La Rosaleda sobrada de paciencia y con actuaciones así va a costar que conceda mucho. Los dos primeros partidos ligueros son un jarro de agua fría que congela la ilusión en pleno agosto y la vuelve hiel. Tampoco sería el primer gran proyecto que nace torcido. El balón hablará.

Modificó de manera significativa su once y su dibujo Pablo Guede. Prescindió del sistema con carrileros para apostar por un 4-4-2 donde Álex Gallar acompañó a Rubén Castro ante las molestias de Fran Sol. Manolo Reina tuvo por delante a Bustinza y Víctor Olmo en los laterales y Burgos y Juande como centrales. En la medular, un rombo, con Genaro, Febas, Jozabed y Luis Muñoz.

Poco pudo ver el funcionamiento de su apuesta el argentino tras la lesión de Esteban Burgos en una acción defensiva. Ramalho ocupó su lugar pero se encajó en el lateral, pasando Bustinza al centro. El Málaga, de cualquier manera, no lograba desactivar al cuadro canario y sólo amenazó en algunas escaramuzas de Febas y poco más.

El conjunto de García Pimienta se quitaba el corsé de vez en cuando y ponía a prueba a Manolo Reina y los zagueros, que con dificultad se fueron librando de las múltiples ocasiones de su adversario. Se echaba de menos a Jozabed y Luis Muñoz, que apenas tuvo un par de apariciones.

Al filo del descanso el Málaga se descuidó y volvió a permitir un contragolpe que Clemente supo culminar ante la desesperada y blanda zaga blanquiazul. Hubo respuesta inmediata, con un chispazo de Gallar para Rubén Castro. Tan genial como poco venenoso. El canario lo convirtió en oportunidad pero era asequible para Valles.

Otra vez tenía que remar contra la corriente el Málaga, despedido con descontento al descanso. Guede quitó a un desdibujado Jozabed y dio entrada a Fran Sol, algo que en principio vendría bien a Castro. Lo cierto es que fue casi instantáneo y los blanquiazules reiniciaron con energía y amenazando a Valles mediante Gallar y Sol.

El Málaga se había estirado y Las Palmas hizo de un balón largo de su portero que las indecisiones de Luis Muñoz y Bustinza ayudaron a convertir en el 0-2. Sin restar mérito a Clemente y Cardona. Fue la historia del partido, finiquitado en el minuto 70 en una nueva contra de libro que finalizó Álvaro Jiménez con una vaselina justo cuando Guede había apostado por quemar sus naves con Ramón y Loren tras hacer debutar a Fran Villalba. Fue el joven punta quien gozó de una gran oportunidad para maquillar el tanteador, pero falló con el estoque.

Con La Rosaleda de uñas y aplaudiendo el cambio de Álvaro Jiménez, llegó el 0-4, obra de Marvin Park, que se metió hasta la cocina con pase VIP. Una estampa que recordó demasiado al Málaga de hace unos meses. La paciencia escasea por Martiricos y el equipo precisa de tiempo y cocción.

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