Málaga C.F.

Ruiz Guerra: "¿Las críticas? Yo tengo la conciencia muy tranquila"

  • El nuevo consejero consultivo del club habla sobre las críticas recibidas, su nuevo papel en el club y su pasado

José Antonio Ruiz Guerra posa en su regreso.

José Antonio Ruiz Guerra posa en su regreso. / Málaga CF

El regreso al Málaga CF de José Antonio Ruiz Guerra ha suscitado cierta controversia entre el malaguismo. Su pasado en la entidad donde formó parte de una etapa compleja de la entidad y desempeñó diferentes cargos y labores. Pese a las críticas recibidas por su nombramiento, el nuevo consejero consultivo blanquiazul manifestó que "es normal caer mal, pero no me preocupa, tengo la conciencia muy tranquila" en los micrófonos de Ser Málaga.

"Hay críticas y enhorabuenas, depende de dónde vengan. Después de 14 años en el club es normal que se tengan enemigos, lo entiendo, pero también digo que si uno fuera tan malo, que me llevé dinero y demás cosas infundadas que se dicen, pues los malaguistas que lo piensen podrían denunciar", razonaba Ruiz Guerra, que no se mordía la lengua: "Las redes igualan a Arturo Pérez Reverte con un contertulio de bar con dos cervezas. Habrá gente de acuerdo con esto y en desacuerdo. Seguramente ninguno lleve razón del todo. La gente opina, habrá gente a la que no le guste. Si a algunos de los acomplejados que hay por ahí los mejoro en su salud mental, pues fenomenal".

Sobre su regreso al club, explica que "contactó conmigo José María para hablar de fútbol" y que tuvo "varias reuniones" en las que se habló "de fútbol, gestión, tiempos pasados y futuro". "Coincidimos en muchas cosas y me dijo que por qué no colaboraba con ellos. Y siempre es un placer, no se puede renunciar a una propuesta así. Estaba tranquilo con mi golf y mi prejubilación, pero el fútbol es el fútbol y el Málaga es el Málaga, no me podía negar", argumenta.

"Imagino que Pablo o Manolo, gente del club, le hablaría de mí, es la gente que yo conocía", elucubra sobre quién le recomendó y explica sus labores y que no recibirá ningún salario: "Es ser consejero consultivo, echar una mano en lo que pide. Representar en algún lugar al club, lo que vaya diciendo José María, uno está para colaborar, sentarte con un empresario para intentar ayudar en un patrocinio... El cargo no es remunerado. El sueldo es cero, es un trabajo por amor al arte, no demanda una disciplina diaria de ocho o diez horas. No hay una obligación. Ni hay dinero ni yo iba a pedirlo. Ahora voy, veo entrenamientos, hablo con distintos directores de área, me cuentan cómo ha evolucionado, puntos fuertes y de mejora... Un trasvase de información. Intentaré poner mi experiencia de tantos años en el club. Pero hay unos grandes profesionales, es una grata sorpresa al haberlos conocido".

La ilusión tras los fichajes

"La temporada es ilusionante, el equipo de trabajo ha aprendido. En fútbol es fácil equivocarse. Cuando se analiza la plantilla, que es mejorable como todas las del mundo, ves muchísimo liderazgo en el vestuario, independientemente del liderazgo de José María. Las cosas van a empezar a fluir. Fútbol es fútbol, no hay seguridad de nada. Pero las bases están puestas para que con un poquito de suerte estemos entre los seis de arriba. No se puede estar en el Málaga y no pensar en grande. Nadie viene a marear la perdiz, los jugadores con los que hablé me hablaron de ascenso. No lo van a decir porque puede parecer un fantasmeo. El sueño está, hay que tenerlo y está en todos los estamentos. Por prudencia, es humano, no se dice, pero se sueña con ello. Los agoreros intentan meter ruina, pero esto es muy largo, hay que estar tranquilos en los momentos malos. Pablo es un tío de objetivos, un tío ganador. Si todos en el club dan el 100% hay posibilidades de estar arriba".

Su experiencia en el club

"Mi colaboración con el Málaga comienza cuando desaparece el CD Málaga, me llamó Pedro Aparicio, alcalde entonces. La luz la tenía cortada el club por la deuda. Empecé a colaborar con Antonio Domínguez. La deuda era muy difícil de pagar, se aplazó sine die hasta que se pudo pagar poco a poco. Al año siguiente, en Segunda B, tras un comienzo de Liga malísimo, decidió irse Antonio Domínguez. De manera rara y extraña me quedé, era el último que había llegado, me tocó dar el paso al frente. Intentamos mantener al equipo medio tranquilo, los chavales no cobraban porque no había forma de sacar dinero pero tuvieron un comportamiento de matrícula. Se convirtió en SAD, se cambió el nombre, con la ayuda de los malagueños, Federico Beltrán, Fernando Puche y Eduardo Padilla pusieron dinero. Liquidamos deuda y es la génesis del Málaga actual".

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