Signos de despedida
Las declaraciones de Pellegrini sobre el proyecto tras el 6-2 denotan cierto hartazgo en el chileno. En el club entienden que ahora lo primordial es Europa, no las situaciones personales.
Manuel Pellegrini es siempre hombre comedido en sus declaraciones. Pero cada vez que se ha sentido agraviado ha hablado sin cortapisas. Lo hizo en Dortmund y el miércoles por la noche en el Bernabéu. Pero más que sus quejas a Gil Manzano sorprendieron sus dardos al club acerca de su política deportiva y económica y las limitaciones que ha generado. Había comparecido tres veces en cinco días y en todo momento mantuvo el discurso habitual de esperar al término del curso. Un mensaje inesperado incluso en el seno del propio club y que, por primera vez, denota públicamente signos de alejamiento del técnico chileno del banquillo de La Rosaleda.
"Este club nunca ha tenido una realidad de jugar la Champions la temporada que viene. En el momento en el que se vendió a Monreal dejó claro que no había más aspiraciones. Cuando un equipo vende porque económicamente lo necesita, no puede tener aspiraciones de estar entre los cuatro mejores, más si está jugando la Champions paralelamente. Por eso es una incógnita, lo que pasará el próximo año nadie lo sabe", fueron sus inopinadas manifestaciones al respecto. Algo que pilló por sorpresa a algunos dirigentes de la entidad de Martiricos. Por salirse del tono habitual con el que se expresa el Ingeniero y porque entienden que ahora mismo cualquier manifestación del técnico o de los jugadores acerca del proyecto de futuro no es más importante que poder certificar la clasificación para la Europa League.
El vicepresidente Moayad Shatat, arguyen, ya transmitió a los miembros del vestuario que cualquier plan de futuro está muy vinculado a la posición final en la Liga y la determinación del TAS sobre la sanción de la UEFA, que llegará a lo largo del mes de junio. Que decir algo distinto a eso en estos instantes sería engañarles, aun siendo sabedores de que la actual es una época en la que los profesionales miran por sus renovaciones o fichajes por otros clubes.
La clasificación del conjunto blanquiazul para la Europa League se ve como un premio de consolación y una competición menor para los que aún tienen fresco el paso por la Liga de Campeones. Sin embargo, para los dirigentes es una cuestión capital seguir en el circuito continental, sus esfuerzos van focalizados a ello. Prestigio y respeto de clubes e instituciones, nuevos marcos económicos favorables al desarrollo de ingresos propios y también un motivo para convencer a futbolistas de que se queden o que vengan otros son algunos de los réditos que aportaría. Posición tan lógica como que algunos profesionales de la plantilla ya quieran tener atado su futuro. Y de sobras es conocido que Pellegrini es muy codiciado en el Viejo Continente. El chileno parece que empieza a mover ficha. Y el Manchester City aguarda incesante a que se termine de convencer para firmar.
Las cuentas de la Europa League pasan por ganar los dos en casa
En el vestuario y en el club ya tienen las cuentas europeas bastante claras. Con nueve puntos por jugarse, a diferencia de los doce de los equipos con los que pugna por la Europa League, dos triunfos darían la clasificación virtual. No aún definitiva porque, en caso de que el Getafe ganara sus cuatro partidos y enjugara los 13 goles en que les aventaja el Málaga, le arrebataría el puesto. Los esfuerzos se concentran en ganar en casa a Sevilla y Deportivo. La última jornada será en el Camp Nou, con el Barcelona ya campeón, pero nadie se día de ellos ni con el objetivo cumplido. Además, ganar este domingo el derbi eliminaría matemáticamente a los de Emery de la pelea (quedarían a diez puntos); si el Rayo perdiera en su casa contra el Valencia, también se quedaría descabalgado. La Rosaleda tiene la llave.
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