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Sporting de Gijón - Málaga CF: Ante el espejo (18:30)

Sergio Pellicer, en su primera sesión al frente del Málaga CF.

Sergio Pellicer, en su primera sesión al frente del Málaga CF. / Javier Albiñana

Sporting-Málaga CF, un duelo clásico de Primera División convertido en otro de segunda mitad de tabla de Segunda. Las cosas mal hechas suelen tener consecuencias malas tarde o temprano. Y dos ciudades futboleras como Gijón y la capital de la Costa del Sol lo pagan. Los dos clubes han visto recientemente cambios de entrenador. Miguel Ángel Ramírez relevó hace un par de semanas a Abelardo en el cuadro rojiblanco y Sergio Pellicer regresó esta semana a Málaga tras el rocambolesco, por la forma, despido de Pepe Mel, cinco días después del anterior partido. Antes ya había sido relevado Pablo Guede.

Es la realidad de la Segunda División, pozo donde históricos como estos dos, el Zaragoza o los dos clubes canarios penan desde hace tiempo intentando encontrar su rumbo hacia la élite. Ahora al Málaga le preocupa no caer más abajo. El fantasma del descenso a la Primera RFEF es más que real porque ahí lleva desde que comenzó la Liga, el equipo blanquiazul juega este domingo sabiendo que está a cinco puntos de la salvación después del empate del Racing ante el Tenerife. Así que se trata de sumar y ganar. Hay que hacer un resto de segunda vuelta con números de ascenso, así lo asumió Pellicer en la víspera de la visita a El Molinón.

El Málaga de Mel ha estado siempre en partido, con muchos empates y derrotas por la mínima. Se trata de minimizar los errores individuales que han lastrado muchísimo y encontrar soluciones colectivas para perforar más el área rival. Y, como catecismo, no conceder. Si Munir fue Zamora con Pellicer, ahora tiene que conseguirse frenar la sangría, sea Yáñez o Reina el elegido. Intriga el once que podrá presentar el nuevo técnico en Asturias. En su anterior época era complicado adivinar cómo rotaría a pesar de que el número de efectivos profesionales era reducido. En esta ocasión ha citado al capitán del filial, Bilal, que ya debutó causando buena impresión en la Copa del Rey en Tarragona y puede ser de la partida. Si se blindará con tres centrales, cómo poblará las bandas o el sistema que empleará se desvelará en El Molinón.

Enfrente, un club con urgencia histórica de estar en Primera, con capital mexicano ahora para gestionar mejor pero con arrastre de mala praxis. Un espejo que proyecta una imagen similar a la de un Málaga sediento y hambriento de puntos.

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