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Universo Primera RFEF: El Málaga CF y la realidad que viene

La afición malaguista en Ponferrada.

La afición malaguista en Ponferrada. / La Otra Foto

Para entender lo que supone en términos económicos el descenso a Primera RFEF del Málaga CF, un ejemplo bastante gráfico. El pasado diciembre se oficializó el reparto televisivo de la temporada 2021/22. El Málaga percibió 7.440.000 euros por esa temporada. La Real Federación Española de Fútbol hizo públicos ayer los términos en los que pretende comercializar los derechos televisivos de la Primera RFEF de cara al curso 2023-24 en adelante. El organismo que preside Luis Rubiales fijó un precio de reserva de siete millones de euros, que es menos de la mitad de los 15 millones que solicitaba el año pasado. O sea, habrá, en el mejor de los casos, siete millones de euros para 40 equipos, menos de lo que el Málaga percibía particularmente por estar en el Segunda División. No más de 300.000 euros han percibido, con bonus, los equipos más potentes con un contrato teóricamente superior que no cumplió las expectativas.

Pocos datos más elocuentes para entender la dimensión del batacazo. El director general, Kike Pérez, que hasta ahora había sido mesurado, ya admitía este lunes que habrá “cambios grandes”. La estructura actual de la entidad, que se había reforzado en la última temporada con los fondos CVC de LaLiga, es insostenible en la categoría en la que, salvo milagro, aterrizará el Málaga la próxima campaña. El plan B de la categoría innombrable ya es el plan A para Primera RFEF. Habrá recorte de personal, de la plantilla actual quedará bastante poco y el director deportivo, que se oficializará en breve y que ya tiene una idea muy formada de todo, se pondrá manos a la obra. Ayer ya había reunión en La Rosaleda del comité de dirección para planificar los próximos pasos a tomar.

Hay muchas preguntas que se hace el aficionado. La Primera RFEF no es la Segunda B que conoció el Málaga en los 90 y de la que costó un lustro salir tras la desaparición. El nivel ha subido al bajar de 80 a 40 equipos. Dos grupos de 20 y el salvaje Oeste. Cinco descensos en cada grupo, sube el campeón y del segundo al quinto de cada uno juegan un play off por las dos plazas restante. Allí el Málaga será equipo a batir. Un axioma entre los directores deportivos de la extinta categoría de bronce era que para subir no había que fichar jugadores de Primera o Segunda sino a los mejores de Segunda B.

Fondo de compensación

Con el descenso, el Málaga tiene un colchón económico. No es una maravilla, pero sí debería ser desequilibrante más allá de los recursos que pueda generar el club. Ya se comprobó con el descenso de Primera a Segunda de 2018 que es la bala de plata. Hay un fondo de compensación fijado para los clubes que descienden a Primera RFEF, según el reglamento de LaLiga, que es de 1.250.000 euros, a recibir la próxima temporada. Podría revisarse levemente al alza, pero no significativamente. Además, se puede disponer de una cantidad adicional de fondos de LaLiga. El valor de la plaza o valor de la participación contable es de 3.000.000 euros que será devuelto al club en las próximas tres temporadas. En esencia, un “depósito” que se ha de poner al acceder al fútbol profesional y se devuelve cuando se abandona. El Málaga recibiría un millón por cada una de las tres primeras temporadas que esté en Primera RFEF que debería devolver en el regreso.

¿Qué pasa con CVC?

Otra gran pregunta se centra en qué ocurrirá con CVC Capital Partners, el fondo de inversión británico con el que LaLiga firmó para tener recursos económicos para la modernización de los clubes. El Málaga aún tiene por disponer la mitad de los fondos, que se reciben, como el resto de los clubes, al final de esta temporada (25%) y al final de la próxima temporada (25%). Que un club descienda no supone una desvinculación de estos fondos ni se pierden el derecho a que se les apoye y asesore en materia de crecimiento de la entidad. Si el Málaga lo desea y tiene planes de inversión, podrá disponer de los fondos presentado información económica y sus planes de inversión, es decir, cumpliendo con las obligaciones actuales de la operación, pero estando en Primera RFEF. O sea, las infraestructuras como la Academia, que se pretende inaugurar en octubre, pueden seguir adelante con ese apoyo. Tendrán un periodo de carencia en el repago de hasta 10 años si el club lo desea.

Así es la nueva realidad a la que se enfrenta el Málaga para la siguiente temporada. Falta el último clavo matemático, pero es el universo Primera RFEF que aguarda.

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