Antoñito Cordero deja el Málaga CF, se va el héroe efímero

Antoñito Cordero ya es historia del Málaga. Los agentes del jerezano ya le comunicaron al club que no continuará en la disciplina blanquiazul, con el vínculo que había hasta el 30 de junio. Así lo anunció la entidad de Martiricos oficialmente. La carrera en Málaga del héroe de Tarragona en aquel inolvidable minuto 122 acaba, al menos de momento, con 18 años. Llegado con 14 desde el Betis en edad cadete tras haber jugado también en el Sevilla, en apenas dos años, aún con 16 y tras pasar también por el San Félix, ya estaba instalado en Primera RFEF minutos de calidad a las órdenes de Pellicer, ya participaba en el primer partido en casa ante el Atlético B cerrado con aquel recordado gol en el 93 de Einar. Dos temporadas completas en las que no dejó de contribuir, en la primera con participación también en el filial, pero en las que no se consiguió desde la entidad un vínculo mayor en el tiempo. Un cambio de representante ya el verano pasado, una vez consumado el regreso al fútbol profesional, por una de las agencias más potentes del mundo adivinaba que no sería sencillo. Tiras y aflojas, también algún problema de orgullo, pero nada, no hubo manera aunque desde la entidad se mandaban mensajes optimistas. En los últimos meses se daba por hecho su fichaje por el Newcastle, equipo de Champions League y con un respaldo económico bastante importante desde Arabia. Ahora queda determinar si hay una cesión.

"Antoñito Cordero acabará su periplo en el Málaga Club de Fútbol cuando acabe su vinculación contractual el próximo 30 de junio de 2025. A través de su agencia de representación, el jugador natural de Jerez de la Frontera ha transmitido su decisión de no renovar con nuestra entidad. Mucha suerte, Antonio", era el escueto comunicado del club. La carrera de Cordero, pues, se dirige por otros derroteros y en cierta forma es una derrota en la sugerente idea de cantera y equipo con núcleo de la casa que se propone desde el club desde la llegada de Loren Juarros. El Málaga, es cierto, no le ha dejado de sacar rendimiento al jugador, que ha intervenido en 13 goles (seis tantos y siete asistencias), prácticamente un tercio (31%) de los 42 que anotó esta temporada en Segunda División. Números bastante potentes, quizá aún con mejor relación con el gol, que no deja de ser lo que vale dinero, que con el juego, para un jugador de 18 años que acaba ahora la etapa juvenil y que ahora se concentra con la selección española para intervenir en el Europeo sub 19 junto al también malaguista Izan Merino, en su caso sí blindado hasta 2028. Pero su marcha sin dejar un euro en las arcas con toda su carrera por delante es bastante dolorosa. Se intenta corregir esa situación con otros valores emergentes, incluso con algunos que tienen contrato más largo para mejorar sueldos y elevar cláusulas para evitar este tipo de situaciones.

La marcha del jerezano era algo asumido desde tiempo. De hecho, fue sintomático que el pasado sábado, tras el partido ante el Burgos, se despidiera, sin certeza absoluta de su marcha, a Dioni, Manu Molina y, acabado el partido, a Kevin Medina y que Cordero, que un año antes era un héroe absoluto, acabara con la mayor indeferencia para el público de La Rosaleda, sin ninguna mención tras algún tímido pito cuando entró tras el descanso. El tiempo seguramente sirva de analgésico y quede como el protagonista de uno de los picos emocionales más altos de la historia del balompié en Málaga. Pero ahora ese sentimiento es de que el jugador buscó, algo perfectamente lícito, lo mejor para su carrera pero sin ningún agradecimiento hacia el club que le permitió dar sus primeros pasos en el fútbol profesional, que apostó por él en una situación poco frecuente, dándole galones incluso para tirar los penaltis. Según a qué parte se escuche hay motivo para el reproche mutuo. Algún beso al escudo en celebraciones de esta temporada hizo pensar que podía reconducirse extenamente, pero no fue así. Al Málaga le vendría bien, no obstante, que su carrera sea buena y mueva dinero porque irá recibiendo algo más del 1% de cada transacción que se realice siempre que haya un actor extranjero en la ecuación. Es el fin, no obstante, de su etapa en Málaga de Antoñito Cordero, el héroe efímero.