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Málaga CF - Zaragoza: Un baño de alegría para creer en la salvación (3-0)

Rubén Castro celebra uno de sus dos goles.

Rubén Castro celebra uno de sus dos goles. / Carlos Guerrero

Salió el conjunto de Pellicer con todo a una cita a la que saltaba al césped de La Rosaleda a ocho puntos de la salvación, máxima distancia hasta la fecha, aunque pudo ser peor, ya que si el Racing de Santander hubiera hecho los deberes se hubiera marchado a 11 puntos la brecha. Y la jornada acaba con La Rosaleda haciendo la ola, cantando el himno y henchida después de ganar con claridad (3-0) y a cinco puntos de la salvación. 

Empieza a verse ese Málaga ordenado que pide el técnico de Nules, al menos en ciertos momentos del partido, porque es cierto que a los blanquiazules les cuesta realizar un buen balance defensivo tras cada presión en área rival. La presencia tímida de Fran Sol puso nerviosa a la zaga rival, quien dejó un caramelito para el delantero tras un pase blando que se quedó muerto entre los dos centrales. Reacciono tarde el 9, quien no se lo esperaba.

El madrileño fue el encargado de presionar, mientras se formaba una línea de cinco jugadores blanquiazules en el centro del campo, sin embargo eso no impedía que el Zaragoza buscase a sus extremos con pases largos a la espalda de la defensa. Bebé fue un quebradero de cabeza continuo. Mientras el conjunto de Martiricos encontró su hueco por el costado derecho e intentó sacarle el máximo provecho. Delmás recuperó en la banda, tras realizar un tres contra uno, y se asoció con Febas para montar la contra, obviamente el conjunto maño lo paró con falta cuando el 10 intentó colarse por el centro.

Casi saca petróleo el Málaga de esa jugada, tuvo una clara volea Ramalho que no terminó cazando. Tras los primeros cinco minutos el Zaragoza despertó y también se acercó a los dominios de YáñezVada remató a placer dentro del área, por suerte su lanzamiento se fue centrado y blando a las manos de Yáñez. Volvió a avisar el conjunto maño, ahora fue con un centrochut de Bebé desde la izquierda, donde tuvo que meter las manos el cancerbero blanquiazul para evitar el primero de la noche. Perdía muy pronto tiempo el conjunto de Escribá.

También tuvo sus ocasiones el combinado de Pellicer. De hecho, encarriló varias buenas acciones, explotando el costado derecho. Lago Junior la colgó pero no había nadie en el área. Delmás volvió a probar suerte, lástima que un defensor maño se adelantara a N'Diaye, incluso Villalba en una pared con el 17 se internó dentro del área. Se terminó trastabillando él solo porque había superado a dos jugadores, finalmente su lanzamiento fue taponado por Jair. El problema es que mientras al Málaga le costaba salir de la presión rival, Febas casi se mete en un problema de gratis al no despejar el esférico en el área, los maños se escapaban de la telaraña blanquiazul con tres pases.

Jair estaba siendo una auténtica pesadilla en defensa, cortando todas las acciones que parecían prosperar por parte de los locales. El Málaga aprovechó un arreón de las 16.164 gargantas presentes para que Febas encontrase desde el círculo central a Lago Junior, quien se plantó solo en el área. De nuevo Jair cortó la acción. Sin embargo, las más claras llegaron por parte del cuadro de Escribá, Bermejo puedo abrir la lata, menos mal que la mandó al cielo de Martiricos. La acción venía precedida otra vez de las botas de Bebé. Pudo hacer penalti Delmás en esa jugada tras ser superado por el 4 rival. 

Los últimos compases antes del descanso, apretó el Zaragoza, quien no consiguió sacar partida a dos errores de alevín de Ramalho. Dos balones a su espalda donde el central se confió. En la primera apareció Yáñez para despejar de cabeza, mientras que en la segunda Giuliano le gano la espalda y se fue de Rubén, menos mal que el argentino se durmió y pudo rectificar a tiempo el 22. Era un gol cantado. Se acordará de esa jugada. Pellicer decidió mover ficha y retiró a la vuelta de vestuarios a N'Diaye para que Rubén Castro hiciera historia. 

Precisamente, el delantero canario cumplió en la primera que tuvo. Villalba la colgó desde la frontal y el 24 cambió la trayectoria del esférico para pillar así a pie cambiado a Álvarez, sin embargo quería más. La segunda parte fue de lo mejor de este equipo esta temporada. Entraron Febas y Escassi para que Villalba y Fran Sol re retirasen con una ovación. Inédito hasta el momento. Rubén Castro recuperó la sonrisa y bajó un esférico para dejársela de cara a Lago Junior. Se buscó las castañas el delantero y el extremo certificó una obra de arte con un tiro duro cruzado al palo del portero y abajo que tocó en el poste y entró.

Todavía quedaba presenciar la primera goleada y victoria holgada de los blanquiazules. Rubén Castro deleitó con una vaselina a pase de Gallar. De esta forma se convirtió en el máximo goleador español de La Liga. Reto histórico que cumple de blanquiazul y se recupera la unión con la afición, al grito de "¡Sí se puede", se despidió el respetable. Ojalá no sea un sueño.

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