Comunión primaveral en La Rosaleda
23.754 espectadores en Martiricos en la penúltima misa del curso; con guiño a La Esperanza y cánticos contra José María Muñoz
Las imágenes del partido
Tuvo su toque preveraniego La Rosaleda, que respondió a este Málaga CF-Sporting de Gijón, partido de un cartel atractivo, la penúltima cita en Martiricos. Bajará el telón el Burgos en un par de semanas y carpetazo a una temporada irreprochable al estadio. Una referencia del fútbol español, porque el malaguismo vive esa oleada de estima desde hace un año.
23.754 espectadores, con un sector visitante teñido de rojiblanco. Más de un centenar de sportinguistas se desplazaron a Málaga, aficionados simpáticos y hasta parte del recibimiento al autobús malaguista dos horas antes en el estadio. Se dejó el listón muy alto en esos encuentros con el equipo en Primera RFEF, inolvidable el del Celta Fortuna y un cambio a partir del Nástic. Seguridad incrementada y precintado para evitar esa avalancha.
Bonito detalle del Fondo Sur en el preámbulo del partido con un mensaje a La Esperanza y ese recorrido histórico por las calles de Málaga. “Málaga reza en La Rosaleda, mientras su Esperanza bendice Roma”. El club mandó un pequeño ramo de flores, también el Unicaja, y el estadio prolongó ese cariño.
Horario poco favorable pese a ser sábado, pero hubo un latido blanquiazul intenso. Un esfuerzo para el que tenga que madrugar el domingo o eludir planes de ocio un sábado por la noche. Entrada que acaricia la media de la temporada, esta vez sin problema en los tornos, aunque mucho malaguista arriesgó.
Algún momento curioso durante el partido, como ver a más de un aficionado pendiente del teléfono y esa actuación de Melody en Eurovisión, que coincidía con la primera media hora. También el partido daba lugar a ese pecado, no fue una oda al fútbol precisamente este Málaga-Sporting. Y tampoco es que vaya a pedir el malaguista a estas alturas. Eurovisión amenizó a más de uno el bocadillo del descanso, puro placer a eso de las diez de la noche.
Tras el descanso, empezó una ronda de cánticos contra el administrador judicial. No hizo amago de protesta esta vez José María Muñoz, aunque esta vez fue menos repetido que el derbi ante el Granada, donde el estadio al completó acompañó a ese Fondo Sur. Martiricos entró en ebullición tras el gol de Juan Otero a la hora de partido y vitoreó a Alfonso Herrero tras la parada de todos los días. No obstante, Chupete entró en el rol de protagonista con un doblete que llevó a que la afición cantase su nombre en varias ocasiones.
Y así se desarrolló una noche diferente, ni frío ni calor, a la altura de lo que ha sido la temporada del Málaga. Un final que además se está indigestando, palpable en La Rosaleda.
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