Sergio Pellicer, tras el Málaga Cf-Rayo Vallecano

"Un entrenador no es nadie si los jugadores no creen en él"

  • El técnico admite que los tres puntos son "oro" y dice que los jugadores nunca dudaron

Pellicer se abraza con los jugadores tras el 2-0.

Pellicer se abraza con los jugadores tras el 2-0. / Marilú Báez

Sergio Pellicer apareció por la sala de prensa de La Rosaleda con alegría contenida tras la victoria del Málaga sobre el Rayo Vallecano. El técnico de Nules no quería echar las campanas al vuelo, pero sentía alivio por ganar tras cuatro meses en casa, un sentimiento agradable que estaba olvidado.

"Le dimos continuidad a los dos últimos partidos. El día de Zaragoza no fuimos contundentes en las áreas y esta vez sí. Ante un rival que remonta un 2-0 en el campo del Espanyol, como hizo el Rayo hace poco. El análisis del desarrollo de los partidos no correspondía con el resultado. Les he visto entrenar y vi brotes verdes. Cualquiera que vio el partido ante el Sporting sabía que no merecimos perder", decía Pellicer, que señalaba las claves: "Orden, entrega, defender espacios y centros laterales. Ellos son los que más ganas tenían, sufren mucho. Desde el día del Sporting no habíamos ganado en casa y ellos lo sufren. Hay que ser equilibrado en la derrota y comedido en la victoria. Hemos ganado a uno de los mejores de la categoría y ahora toca disfrutar. Tengo orgullo de este grupo. Hasta el final es trabajo, trabajo, trabajo y no desfallecer. Son oro estos tres puntos. Ampliamos distancia y ya nos queda menos".

"Cómo se ha conseguido el triunfo era un debe", admitía Pellicer: "Hacíamos muchas cosas bien, pero nos penalizaban ciertas cosas. Ahora hemos controlado lo que nos penalizaba. Hemos estado más agresivos y concentrados. Podemos estar mejor o peor, pero el día de la Ponferradina, cuando hice esas declaraciones, no era problema de actitud, era focalizarse. Nos gustaría tener esa continuidad. La racha de puntos no era acorde a cómo competía el grupo. Nos aleja de los puestos de atrás, cada punto cuesta muchísimo. Nos quitamos esa espina de que en nuestro estadio sumamos de tres y a pensar en el Mirandés, el Sabadell después... A conseguir esos tres puntos. La confianza en el grupo es total, trabajan como si no hubiera mañana. El cómo hace mucho. Ha habido entrega y ese resultado, que a veces nos ofuscan, ha salido".

"Lo que nos faltaba en nuestro estadio era mantener el equilibrio durante el transcurso de los partidos. Es como un combate de boxeo, a veces estás mejor tú, a veces el rival. Hemos sabido defender en bloque medio y bajo y ganar esos espacios, lo que habíamos trabajado. No hemos apretado tanto arriba para estar más frescos", decía Pellicer sobre cambios tácticos: "Tenemos que mejorar, pero enfrente estaba el equipo más dominador, el que más balón tiene, el que más tiempo está en campo contrario, el que centra más balones. Ha habido varias transiciones para irse con un botín mayor, ellos han tenido opciones, pero siempre con un defensa nuestro al lado. Hemos generado con esos espacios. Tenemos que seguir mejorando. Sobre todo, es el equilibrio, la entrega, el orden, saber recomponerse. El rival estaba en nuestra área en algún momento y hemos defendido muy bien los espacios. Hemos dado versiones muy parecidas a hoy fuera de casa. Ellos están muy contentos, son los que más ganas tenían. Se necesitaba para todos, también el cuerpo técnico y el entrenador".

"Cuando se gana, en nuestra profesión siempre estamos para bien o para mal. No gana Pellicer, ganamos todos, aunque en las derrotas sólo haya un padre. Estaba muy tranquilo porque veo al grupo cada día. El entrenador no es nadie si los jugadores no creen. Lo que vemos es que creen en nosotros. El chaleco antibalas de un entrenador es el resultado, si no que los jugadores crean en él. Y yo lo siento. Chapeau por ellos", insistía el técnico malaguista: "La celebración en estos días es escasa, hemos perdido ese sentimiento, ha sido de liberación. Cuando trabaja como lo hace este equipo y no tienes resultados puedes dudar. Pero este grupo no ha dudado. Nunca ha habido más de dos derrotas seguidas, siempre se ha sumado al tercer partido. El agotamiento ha sido brutal. Si hubiera una cámara en el vestuario el aficionado vería que los jugadores no se podían mover y estarían más orgullosos de ellos"

Admítia Pellicer que era el partido "más completo en casa. En nuestro estadio ha sido el partido más completo por la continuidad durante los 90 minutos. Hemos sabido controlar todas las facetas, momentos de debilidad, aprovechar las grietas del rival. El más equilibrado en todos los aspectos en casa. El día del Almería, pese a que perdimos, fue un gran partido pese a perder. Podemos estar más o menos acertado, pero el compromiso queda demostrado. Ha habido rigor, compromiso, obstaculizar sus virtudes y es el partido más completo en casa, por la concentración de los 90 minutos".

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