Fernando Sanz recuerda su paso de capitán a presidente: "Lo hice más con el corazón"

El presidente explicó cómo se vivió esa época dura en el club hasta ascender a Primera

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Fernando Sanz, en La Rosaleda
Fernando Sanz, en La Rosaleda / Carlos Guerrero

Fernando Sanz es uno de esos personajes con historias atípicas y su salto a la presidencia es una de esas interesantes de escuchar para quienes no pudieron presenciarlo en su momento. Por fortuna, el ex del Málaga CF y Real Madrid comentó en el podcast de 'Offsiders' y abrió el melón de lo duro que fue para él su retirada: "Al final, ser presidente y jugador es como dirigir una orquesta: no puedes tocar bien todos los instrumentos a la vez. Por eso lo dejé. Me convertí en el presidente y tuve que dejar de jugar. Uno de los peores días de mi vida fue cuando el gerente del Málaga me puso delante la ficha de futbolista profesional. Tenía que firmar, como quien firma su propia defunción. Se acababa mi vida como jugador. Ahí fui consciente de todo. Pensé: ‘Hostia, estoy renunciando a lo que tanto me ha costado conseguir’. Justo cuando ya tenía el reconocimiento, cuando en el Málaga todo el mundo del fútbol me valoraba, iba y ponía punto final. Me estaba jubilando, y empezaba otra vida".

Se vio obligado a tener que volver atrás para que pudiese entenderse una figura tan atípica como la de un capitán que cuelga el brazalete para ser presidente: "Descendemos a Segunda División, y la situación económica era muy complicada. Era una época dura. Como te he dicho, yo era un futbolista típico. ¿Qué quiero decir con eso? Que llegaba fin de mes y cobrabas un 40% en nómina, y el otro 60% te lo pagaban a final de año o en dos partes: enero y diciembre. Pero claro, llegó un punto en el que no cobraba, no cobraba, no cobraba... Imagínate: siete años sin cobrar. Me convertí en el máximo acreedor del club. Siete años. O al menos cinco de ellos seguro. Acabé siendo el que más dinero tenía que recibir. La situación del Málaga era insostenible". "Y al final, di el paso y adquirí el club. Pero lo hice más con el corazón que con la cabeza. ¿Qué significa eso? Que me encontré una deuda inasumible, creo que eran 42 millones de euros. Estamos hablando del año 2007, justo antes de la crisis inmobiliaria que arrasó con todo. Y cuando intento maniobrar un poco, veo que los ingresos por derechos televisivos —que en Segunda eran irrisorios, unos dos millones— ya se los habían gastado. Habían pedido adelantos del dinero de la temporada siguiente para intentar salvar el año con fichajes o lo que fuera. Así iban tirando. Así que me encuentro con cero ingresos, embargos por todas partes, y una plantilla con salarios de Primera División. En aquel entonces no existían cláusulas de reducción salarial por descenso. Eso lo implementé yo más adelante. Pero en ese momento, era un desastre total", añadió.

A pesar de todo lo bonito que pueda parecer el gesto, el desastre económico era unas dimensiones tremendas y Sanz tuvo que liderar un proceso con expertos al lado: "Lo que no hice en mi etapa de formación como futbolista, lo aprendí durante mi etapa en el Málaga, y desde entonces. Empiezo a asesorarme, porque el club estaba en causa de disolución, y la ley es clara: si estás en causa de disolución, tienes que instar el concurso de acreedores. Los concursos de entonces, muchos se usaban para fastidiar, para ahorrarse deudas. Lo normal era hacerlo en junio, así no pagabas todo lo que venía de antes. Y a partir de ahí, sí, empezabas a pagar. Yo no hice eso. Yo presenté el concurso en octubre, porque era lo que marcaba la ley. No fue porque me apeteciese, fue porque la ley te dice que, si no lo haces, tú pasas a ser responsable de toda la deuda. Y esa deuda no era mía, no era responsabilidad mía".

El ex del Málaga CF remarcó que hubo muchos episodios desagradables para poder cumplir el acometido de sanear el club de Martiricos: "A partir de ahí, empiezo a ordenar todo ese caos. Lo primero, intentar reestructurar la deuda. Lo segundo, empezar a gestionar el club solo con lo que ingresaba. Para que te hagas una idea, era como un avión que se está cayendo: tú lo estabilizas primero, y una vez estable, empiezas a levantarlo. Así empecé: el club ingresaba un millón, pues se gestionaba con un millón. Ni más, ni menos. Teníamos una plantilla con gasto de Primera División, y había que ajustarla. Me encontré con situaciones muy duras, con compañeros a los que intenté ayudar. Había futbolistas con sueldos de élite, cuando el club no podía pagar ni la mitad. Les buscábamos salidas en otros equipos, incluso en Primera, donde les respetaban el sueldo… pero muchos no querían salir. Y yo les decía: ‘Mira, te busco una solución buena, pero si no aceptas, esto va a ser tú o el club’. Intenté que nadie saliera perjudicado. Algunos lo entendieron, otros no. Y lo respeto. Y así empezamos a gestionar el club. Te lo digo claro: el año del ascenso, el presupuesto para confeccionar la plantilla era de tres millones de euros. Con eso —fichajes y salarios incluidos— subimos a Primera División".

Muñiz, un fichaje que cambió la historia

Fernando Sanz tomó la decisión de traer un nuevo entrenador para darle la vuelta a la situación y no tuvo mala visión: "Dije de fichar a un entrenador que era Muñiz, Juan Ramón Muñiz, que estaba en el Marbella, que yo lo conocía de mi época en el Málaga, que estaba de segundo entrenador con Juan de Ramos. Es más, yo tenía mucha relación con él, porque él era de defensa, fue defensa del Rayo, defensa del Espón de Gijón. Entonces, trabajaba mucho con la defensa, los conceptos defensivos. Hacíamos entrenamientos apartes de la defensa, conceptos defensivos. Entonces, tenía bastante relación con él. Entonces, vi que él empezó su carrera en solitario y empezó en el Marbella. Y en el Marbella, la verdad que estaba haciéndolo muy bien, tal y igual. Entonces, decidí, bueno, voy a fichar a Juan Ramón". "Pero bueno, le ficho a este porque lo está haciendo bien en el Marbella, porque el traspaso eran, no sé si fueron 50.000 euros, que encima dije que lo teníamos que pagar a medias, porque si yo arriesgo, tú también arriesgas. Y él arriesgó. Entonces, ya sabes que viene un tío con implicación. Me lo traje. Y para el año siguiente, porque ese año era estabilizarlo, porque estuvimos a punto de descender a segunda B, porque claro, era un desastre a todo intentar parar la hemorragia, y nos jugamos creo que el bajar a segunda B, la penúltima jornada con el Cádiz en casa. Imagínate esa. Entonces, una vez que ya lo estabilizas la hemorragia, empiezas al año siguiente. Entonces, a Juan Ramón le digo, aparte de entrenador, va a ser directo deportivo también. Abaratar costes, y aparte son jugadores que tú vas a buscar y que tú vas a utilizar. Entonces, al final fue novedoso", añadió.

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