Málaga CF-Deportivo: El césped para hablar (21:00)
Partido crucial para el Málaga CF, que tras cuatro derrotas consecutivas recibe en La Rosaleda al líder de la categoría, un Deportivo de la Coruña que llega liderado en el banquillo por Antonio Hidalgo
Alto riesgo ante la amenaza ultra
Málaga CF-Deportivo de la Coruña (21:00 horas), duelo de equipos que han estado entre los ocho mejores de Europa en este siglo y que en esta década han pisado la categoría de bronce del balompié español. Es un ejemplo de que en el fútbol pocas cosas son eternas. La mala gestión, salvo en ya se sabe quiénes, se castiga y ahí andan en el fango de la categoría de plata los dos equipos, que en este descenso de caché y de estatus han tenido no pocas batallas, por salvarse y por intentar regresar. Desde que Maura Silva hiciera una entrada criminal que cercenó la carrera de Edgar, en aquel Málaga de Peiró ante el Deportivo de Irureta, muchas cuitas que también han llevado a la violencia fuera del campo, siempre repudiable. El partido es de alto riesgo por ello mismo.
El Deportivo llega como líder de la categoría, con el catalogado de manera unánime como mejor jugador de la categoría, Yeremay. Su estatus económico es otro. Ha podido rechazar ofertas por encima de los 30 millones de euros por el proyecto de crack canaria, del Como de Cesc Fàbregas y del Sporting de Portugal. Hay equipos de zona europea de Primera División que no pueden rechazar ese ofrecimiento. Se han vendido a internacionales absolutos consolidados por cifras similares este verano.
Yeremay es la imagen, pero es el Deportivo un equipo sólido, con fondo de plantilla y dirigido por un entrenador querido por la afición malaguista, Antonio Hidalgo, el héroe del último ascenso a Primera División. Tras varios años mejorando resultados en la categoría y con un prestigio creciente le llegó la oportunidad de una plaza grande como es Riazor. Tiene al equipo líder e invicto después de ocho jornadas, mitad empates y mitad victorias, una media inglesa que lleva indefectiblemente al ascenso. Pero ya se ha visto lo eterna que se hace esta categoría, equipos que en noviembre parecen ya subidos se desfondan más adelante. A ello, en el sentido inverso, se aferra el Málaga CF. No se sabe si fue antes el huevo o la gallna, pero la plaga de lesiones, con más de medio equipo titular fuera, ha acelerado un mal momento, con cuatro derrotas consecutivas, tres de ellas a domicilio, que ha hecho replantear los ambiciosos propósitos del verano y tambalear el proyecto que lidera Sergio Pellicer, a quienes se suelen ir los ojos cuando el equipo no funciona, aunque las culpas sean repartidas.
Es un partido esencial el de esta noche en Martiricos. Es pronto, pero se necesitan estímulos positivos, ver puntos en el casillero con el equipo en descenso para no entrar en un estado de nervios aún mayor. Seguramente haya menos puntos de los merecidos en este tramo, el juego no ha sido tan malo y ni ha habido tanta inferioridad manifesta ante los rivales, pero ya se sabe que lo que importa es el casillero. Y se han mermado rápidamente los créditos de un inicio con ocho puntos en cuatro partidos. Hay candidez en las dos áreas, donde está la verdad del fútbol y la pena es grande. Se recupera a algún efectivo respecto al caos final de Santander, hay propósito de enmienda y los mensajes de los jugadores durante la semana han sido inequívocos sobre la fe en Pellicer. Es momento de demostrarlo sobre el césped.
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