Málaga CF: ¿Dónde están los líderes?

En los onces iniciales que plantea Sergio Pellicer y en los 15-16 jugadores que acaban disputando minutos en los partidos hay mayoría de canteranos malaguistas. De cinco a siete es lo habitual desde que comenzó la temporada en la disposición con la que empieza a competir el Málaga CF. La influencia de los jugadores de la casa es absoluta. De hecho, de los 16 goles en Liga que ha metido el equipo en esta temporada, nueve de ellos son de jugadores que comenzaron la temporada con dorsal del filial (cinco de Rafa y cuatro de Chupe, que una vez cerrado el mercado sí lo obtuvo del primer equipo). Es cierto que pueblan en buena medida las posiciones ofensivas, pero cabe poco reproche a su rendimiento. Dani Lorenzo está creciendo y su influencia en el juego es mayor en cada partido, se espera regularidad de Larrubia, que no deja de ser un factor de desequilibrio, Murillo es ahora mismo titularísimo... Pero hace falta más. En esa idea romántica de cantera y gente de la casa joven se necesita apuntalar carencias, en lo que se llama también el otro fútbol.

En esta situación delicada que atraviesa el equipo, que no cumple las expectativas en la tabla por ahora con las que comenzó la temporada, se está echando en falta liderazgo. Es cierto que se han lesionado jugadores con personalidad que se consideraban estructurales como Álex Pastor y Luismi en el comienzo de temporada. En el primer caso no volverá hasta la siguiente y en el segundo la recuperación de su lesión es bastante lenta y sin plazos concretos. Con esos seis puntos que se han ido en los descuentos cambiaría mucho la película. Esa veteranía, experiencia y saber estar que en cierta forma también se perdió con la marcha de jugadores el pasado verano y que no se ha reemplazado también influye, no hace falta recordar cómo volvió al fútbol profesional este club. Con el descaro de los jóvenes y con ese poso.

Existen jugadores en la plantilla con jerarquía, que fueron capitales en el ascenso y consolidación en Segunda, como Alfonso Herrero y Einar Galilea, que no atraviesan su mejor momento. También jugadores que llegaron desde canteras top, como Dotor y Niño, con fuertes inversiones en los dos casos, que por unas circunstancias u otras tampoco han ejercido de faros, igual que Joaquín Muñoz. Ha habido algún repunte de Jauregi y Dorrio en el último mes, pero sin continuidad. Y en ese proceso de madurez de un grupo joven el ejemplo y el temple de los veteranos es esencial.

Llega un partido clave el lunes en León, a nadie escapa que el entrenador está cuestionado. Y es el momento también de constatar el nivel de compromiso del grupo en un calendario ante dos rivales que están por debajo en la tabla, Cultural y Mirandés. Los jóvenes están dando el nivel, falta que los mayores les arropen.