Málaga CF-Mirandés: Funes se estrena con flor (3-2)

El Málaga rescató en el minuto 94’ una victoria que se le iba a escapar tras dejarse igualar un 2-0 con un gol de Einar Galilea, que se redimió tras sus fallos

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Celebración del gol de Einar. / Carlos Guerrero

El Málaga es el mismo Málaga que el del pasado lunes. El mismo. El único factor diferencial fue que ya no era el de Sergio Pellicer, es el de Juanfran Funes. El hasta hace nada técnico del Atlético Malagueño podrá contar que se estrenó en el banquillo de La Rosaleda con victoria, con épica, con flor. Einar Galilea se redimió tras un mal partido con un gol en el minuto 94 que dejaba ese aroma de equipo irreductible y de infinita fe que se había perdido a lo largo de este raro curso.

Se celebra y se disfruta como mandan los cánones, pero no oculta los muchos defectos que tiene el Málaga y que no se curan sólo porque el entrenador sea otro. Como el día del Granada, tiró por la borda un 2-0 y eso no puede consentir. Y a La Rosaleda no se le escapa que gran parte del problema está en los despachos, no sólo en el campo. Por eso escucharon tantas voces en su contra José María Muñoz, Kike Pérez y Loren Juarros.

Después de la agitada semana en el Málaga, había mucho interés en conocer cuál sería la primera alineación de Funes. Agitó la cosa con numerosos cambios con respecto al equipo que salió en León. Los del centro de la zaga venían impulsados por las bajas forzosas de Murillo y Montero. Tiró de Puga para la banda derecha, algo que se veía venir. Y también puso a tres de los fichajes de este verano: Joaquín Muñoz, Dotor y Adrián Niño. Nada que no hubiera hecho seguramente Sergio Pellicer.

Pero cuando se cambia de técnico lo que se busca también es que varíe el espíritu, que el aire fresco conduzca a una tabla rasa y todos los jugadores estén con las orejas tiesas. Sin embargo, no fue una primera media hora sencilla. Se adivinaban ciertos nervios y unas ganas de agradar mal entendidas.

Todo lo cambió el doblete de Niño, pero no mucho antes el Málaga se llevó un buen susto. El Mirandés castigó la espalda de Víctor García. Un centro ideal para Carlos Fernández que se topó con Ángel Recio, que no era debutante pero casi. En la continuación de esa jugada estuvo a punto de quedar KO Izan Merino. Un choque con Bauzà derivó en una importante brecha, con el aparatoso añadido de la sangre. Ambos jugadores continuaron con sendos vendajes sobre el campo.

El Málaga se quitó las telarañas con un gran contragolpe, cocinado en la recta final entre Niño y Dotor, al que apenas se ha visto lucir en esta temporada. El delantero volvió a demostrar que el remate de primeras es una de sus grandes virtudes.

Casi sin tiempo para paladearlo, llegó el 2-0. Esta vez no tuvo que esforzarse demasiado el roteño, le bastó con estar en el sitio. Un balón en largo de Alfonso Herrero en el que se coló oportunamente Joaquín Muñoz y unos defensas y portero mal situados.

Adrián Niño celebra el 1-0. / Carlos Guerrero

El 2-0 quitó tensión dentro y fuera del campo, donde no se olvidaban de Muñoz, Pérez y Juarros. Poco antes del descanso hubo algún susto. El Mirandés, lejos de bajar los brazos, fue a buscar la meta de Herrero. El toledano reaccionó bien a un disparo de media distancia, pero el balón cayó en los pies de un Carlos Hernández que, con todo a favor, la mandó fuera.

Volvió al partido el Mirandés con un 4-4-2 tras un par de sustituciones. El Málaga siguió con su plan intacto y avisó. Tuvo el hat-trick Niño con una falta directa que despejó Nikic como buenamente pudo. Lejos de achantarse, el cuadro burgalés recortó distancias antes de la hora.

Un buen balón de Pablo Pérez que pilló muy adelantada a la zaga y en la que Einar no anduvo fino, permitiendo que se escapase Alberto Marí, el hombre por el que bebía los vientos Loren en enero. Ajustició sin dificultad a Herrero.

Pudo devolver la distancia de dos tantos Joaquín Muñoz, que se topó con el palo tras recibir un buen pase de Niño en el área. Esa sería su última conexión antes de dejar sus puestos a Chupete y Lobete. Ambos conectaron con Rafa, para un disparo marca de la casa que también rechazó el meta.

No mató y lo pagó. El Jebari puso un gran centro por la derecha y Petit se hizo gigante entre los centrales para firmar con la testa el 2-2. Entraron las prisas y de paso Eneko y Haitam.

Y cuando todo parecía destinado a un nuevo chasco, Einar Galilea enmendó su partido con un gol agónico. Una falta de casi 50 metros de Rafa al área, un mal despeje, un disparo de Lobete que repeló un defensa... Y el central rescató un triunfo de oro para el Málaga de Funes.

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