Málaga - Real Betis: El crack era David Larrubia (3-1)

Se esperaba a Isco por La Rosaleda, pero el crack fue David Larrubia Romano, el chico de La Luz que dormía entre sábanas malaguistas y que ha roto a jugador tremendo, digno heredero del del Arroyo de la Miel y un 10 blanquiazul que debe ser histórico. Dio una exhibición para el recuerdo en la XXXV edición del Costa del Sol, que se quedó en casa para disparar la ilusión para esta temporada. Dos goles, el segundo lo hubiera firmado Messi o Lamine, más un pase de gol. Desequilibrio, presencia y magia. De entre todos, él brilló (3-1).

Un derbi andaluz que lleva demasiado tiempo sin jugarse de manera oficial sirvió para presentar ante la afición al ilusionante Málaga CF del salto de calidad ante el Betis. 27.200 personas, varios miles del equipo sevillano, dieron colorido a un encuentro. A expensas de la evolución de Alfonso Herrero, podría ser un once perfectamente titular el siguiente sábado en el arranque de Liga el que alineó Pellicer ante los heliopolitanos. El partido estuvo parado casi 20 minutos cuando apenas se llevaban dos porque un espectador sufrió una parada cardiorrespiratoria que fue estabilizada por los servicios médicos. Rápidamente pegó el Málaga, con un exquisito balón en profundidad de Carlos Dotor para que David Larrubia rompiera al espacio para ganar la espalda a los centrales y definiera de manera precisa, ajustado al palo, ante Pau López. El canterano sigue de dulce y es futbolista diferencial. Tener a otro jugador en la banda opuesta como Joaquín, rayando a gran nivel y con un gran despliegue en la primera mitad, también puede liberarle más. Si la facturación de goles y asistencias aumenta, el cielo es el límite. Dio un pase con el exterior teledirigido a Niño, que no llegó por un pelo ante Pau López.

Antes había salvado Álex Pastor con la cabeza a ras de suelo un remate de Bakambu forzado tras regatear a Carlos López. Había algunos errores en la salida de balón o en las alturas medias, se nota también cuando hay un equipo de categoría superior que muerde algo más, que no costaban goles pero que sí muestra un aspecto en el que mejorar. Carlos López mostraba seguridad en los balones que le llegaban. El revoltoso Pablo García, estrella del Europeo sub 19 en el que Izan Merino también fue subcampeón, generaba problemas en su banda, se entendía bien con Isco, aplaudido por La Rosaleda.

Subsanados esos errores en la salida, el Málaga jugaba de tú a tú al Betis. Joaquín percutía sin regatear un esfuerzo, Niño ganaba algún duelo a los centrales para dar oxígeno. Exhibía en su primer partido en La Rosaleda su zancada, algo de lo que adolecía el Málaga en sus puntas el año pasado, en esa mayor variedad que podrá tener Pellicer en su armario este año. Con ese 1-0 se iba el partido al vestuario.

Lo que había mostrado Larrubia, mucho, sólo había sido una muestra. Metió un gol messianesco, arrancando en campo propio con un caño ante Junior Firpo, al que le hizo un traje continuo, condujo 50 metros para plantarse, aguantando alguna tarascada, ante Pau López y batirle con la pierna derecha. Un gol de pañuelos que tuvo continuidad un minuto después, con otra jugada colectiva con pase de el de La Luz atrás que Chupe convirtió en el 3-0. Era un amistoso, pero había locura en las gradas de La Rosaleda. El partido se endureció, no gustaba a un Primera recibir tal baño, y con los cambios perdió algo de ritmo. Cucho recortó distancias con un cabezazo en el área pequeña, Carlos López hizo un par de estiradas de categoría y Pellicer pudo hacer debutar a Céspedes y Recio en el partido marcado por Larrubia. El sábado próximo, ya con fuego real.