Desapareció recientemente, pero su legado permanece. Joaquín Peiró tenía varias letanías en sus comparecencias públicas. Una de ellas era aspirar a lo que él denominaba “media inglesa”: empatar fuera y ganar en casa. Infalible, difícil para el Málaga. Era una de las recetas que tenía para subir el listón de puntos y buscar la manera de que el equipo pelease por la zona media alta de la tabla. El técnico blanquiazul empezó a ponerla de moda en el ascenso a Primera que consiguió con los malacitanos. Ahora, en el futuro más próximo del Málaga actual vuelve a tomar vigencia la particular fórmula. Una dosis más, puede servir para la permanencia.

Si Peiró trataba de poner un listón muy alto para ascender sin problema alguno, el Málaga ha hecho parte del trabajo para cerrar una permanencia sin demasiado sufrimiento. Empató en Lugo, le ganó al Girona y ha empatado en Vallecas, si le gana al Albacete será su segunda pedalada consecutiva firmando los cuatro puntos cada dos jornadas y aún podrá aprovechar el segundo partido consecutivo en casa contra el Deportivo de La Coruña para sacarle más brillo a sus empates anteriores –Extremadura en Martiricos y Tenerife a domicilio– y, de paso, dejar a dos rivales directos en apuros para los últimos envites de la temporada.

Sin duda sería un escenario perfecto para los de Pellicer que han demostrado ser capaces de sobreponerse a un arranque titubeante después de la pandemia consiguiendo cuatro puntos en dos envites contra conjuntos que pelean por entrar en la zona noble de la tabla y poder pelear por el ascenso a Primera hasta el final. Ahora, llega la guerra de trincheras contra dos rivales directos, con bastantes bajas en las filas blanquiazules pero con piezas importantes con más ritmo de juego y una tendencia al alza en el juego. La media inglesa puede ser demasiado exigente para la situación actual, pero una segunda ronda de firmándola puede cerrar la permanencia.