Las excusas para que Málaga no sea sede del Mundial 2030: "Era un riesgo para el club y la afición"

Una matinal de sábado muy agitada y la consumación de lo que ya se sospechaba en los últimos días. Málaga no albergará el Mundial 2030. La reunión de las tres instituciones propietarias de La Rosaleda con el Málaga CF y un sector de la afición acabó como se vislumbraba. Es un fiasco tremendo, la candidatura que tenía los beneplácitos de la RFEF, el Comité Organizador y la FIFA no ha sido capaz de responder en los plazos correctos para encontrar una solución. La reacción del malaguismo después de que se comunicara que bajaba a 12.500 espectadores la casa provisional, el Ciudad de Málaga, ha sido la excusa perfecta para renunciar, pero no tapa la incapacidad colectiva de arreglar algo que ya se conocía.

El alcalde De la Torre, principal cabeza visible de la idea, compareció dos horas después del inicio de la reunión para comunicarlo. Estuvo flanqueado por Cristóbal Ortega, vicepresidente de Diputación, y el delegado de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Carlos García. Pero respondió sólo él durante los más de 35 minutos que duró la comparecencia.

"Es un día malo. Esto explotó cuando salió la noticia del aforo de 12.500 en el Ciudad de Málaga, cuando lo previsto eran unos 25.000 y la bajada creó inquietud. Todo vino motivado para agilizar plazos y cumplir con el Mundial. Después de todo este encuentro, creemos que lo sensato es renunciar a la candidatura del Mundial 2030, porque supone un riesgo para el club y para la afición y no merece la pena continuar. Lo que hicimos fue intentar adelantar lo que había que hacer, remodelar el estadio, pero si crea todos estos problemas y si hay que elegir entre el Mundial y el club, pues elegimos al club y a su afición", comenzaba su alocución De la Torre: "Esto lo compartimos las tres administraciones. El fútbol es muy importante en Málaga y su club también. Cualquier tema que pueda perjudicar las aspiraciones legítimas de jugar en Primera División lo tendremos en cuenta. El Mundial era un medio y no un fin en sí mismo. Nunca viene mal una visibilidad mayor, pero ya tenemos una visión importante y seguiremos creciendo en todos los sentidos. Queremos que haya un nuevo estadio, ya no para el Mundial. Somos los propietarios y somos responsables, hay que hacer frente. También puede cambiar la propiedad del club y que todo eso cambie al vender a un grupo que tenga compromiso y honestidad y entienda que esta ciudad y provincia puede tener uno de los mejores equipos de España y del Mundo. Nosotros siempre hemos estado dispuestos a vender el tercio del Ayuntamiento. Creo que estoy reflejando bien lo hablado entre todos en la reunión".

"No estamos haciendo esto por ahorrar dinero, sino porque creemos que es lo mejor para la afición y el club", aseguraba De la Torre. El presupuesto era de 257 millones, lo que se aprobaba en el convenio: "Se hace por razones obvias. Vuelvo al tema de que nuestro compromiso como propietarios es firme de que habrá un nuevo estadio, ya sea en La Rosaleda o en otra ubicación. Para el calendario del Mundial, los tiempos eran un condicionante, pero ya no lo tenemos. No cumplíamos plazos para el 2030 en otro lugar lugar distinto a La Rosaleda".

Sobre esa disyuntiva capciosa para la afición de que si se elige entre el Mundial o el club, De la Torre explicaba que "hemos elegido las instituciones. En la reunión vimos que los calendarios son los que son y tenemos lo que tenemos. Hay que elegir en este caso porque la organización del Mundial tiene muchos peligros. No veo que desde Transportes se vaya a ayudar en esa rotonda. Es profundizar en el problema y en cómo puede funcionar con el tema de fútbol. Pensamos que es muy necesario que el Málaga cuente con la afición, ese jugador número 12. Hemos tenido el papel de la afición muy en cuenta. Creemos que juega un papel muy importante. Algún día no la necesitará tanto, pero a día de hoy la necesita muy cerca para que la anime".

"Se ha demostrado que Málaga tiene muchas limitaciones de espacio. ¿No nota las diferencias entre el entorno de Málaga y el de otras ciudades? Dígame qué sitio tiene Málaga para poder hacerlo", proseguía el primer edil cuando se le preguntaba por la incapacidad mostrada mientras otras ciudades han elaborado en punto y hora una alternativa: "Málaga es una ciudad maravillosa, pero con limitaciones. Entre esta y otra sin limitaciones, pero no tan maravillosa, pues elijo la de Málaga. A Málaga, el Mundial le añade poco y si encima crea problemas no merece la pena hacerlo. Sí, Zaragoza tiene terrenos y es llana. Sevilla pudo extenderse con la Expo, Madrid construir el Metropolitano... Aquí no. He explicado las limitaciones que hay en la zona de la universidad y eso que está lejos del aeropuerto. Hemos ido a contar con el estadio de atletismo porque ya estaba construida. Lo hemos intentado en el tiempo que se ha podido y eso tiene su coste de tiempo. El tiempo nos ha llevado al límite de que si seguimos avanzando podemos dañar al Málaga CF o la imagen de España si lo hacemos más adelante. Estamos sirviendo a España con esta decisión igual que lo hicimos con la candidatura. No tenemos ni estadio ni club a la altura de la ciudad. Existen alternativas que se han ido estudiando. Si nosotros necesitamos la licencia con unos informes de movilidad que pueden llegar dentro de meses, pues se llega a la conclusión de que no debemos avanzar por ese camino. Es muy arriesgado por esa parte, porque si surge cualquier problema, pues eso habría quedado fatal. Lo prudente y sensato es hacer lo que hacemos".

"No se hace ningún perjuicio a la marca Málaga. Ni mínimo, ninguno", negaba el alcalde perjuicio para la ciudad: "Esto es una noticia que tarda lo que tarda. Hablé con el presidente de la RFEF y le puse en contexto y nos felicitó por la decisión que habíamos tomado. El Mundial es algo que habría venido bien, pero sin un estadio ya hecho es difícil. La ventaja de La Rosaleda es que es un estadio metido dentro de la ciudad y que se puede ir con transporte público e incluso ir andando. Para el nuevo estadio, podemos actuar con visión de futuro y no con visión de Mundial. Pero implicaría salir fuera. Haremos lo necesario para ello. Cuando algo se dice públicamente, eso lo hace vinculante", era el compromiso de De la Torre para cumplir con un nuevo estadio: "La dificultad que tiene y ha tenido el nuevo estadio son los plazos del Mundial, que crea un peligro brutal para Málaga y la marca España. Tenemos la oportunidad de mirar hacia delante para poder mirar al futuro y ganamos tiempo para que la propiedad actual venda y pueda entrar el nuevo dueño también en estas obras. El escenario cambia en todos los sentidos. La credibilidad no disminuye. Solo demuestra que somos administraciones muy responsables. El Mundial no era un fin, sino un medio para tener el estadio, que no estará en esa fecha, pero estará. Cuando tengamos el estudio de alternativas hecho, ya contaremos con cuándo podrá ser la fecha. Ya hicimos el estadio actual. Lo que es necesario de un nuevo estadio lo abordaremos. Ahora no está la limitación de 2030, 2031, 2032 o 2033. Ha quedado muy claro. Ahora tiene más inconvenientes que ventajas. Tiene más sentido estar con la afición y el club. Entre renunciar ahora y hacerlo en dos años en pleno proceso de obras, pues hay mucha diferencia".

"La ciudad tiene unas grandes condiciones fabulosas para ser sede y se fueron viendo los problemas y sus soluciones. El traslado nació más tarde por los estudios técnicos, porque un club en un estadio retrasa mucho las obras. Los expertos de cada área opinan y debe haber una opinión consensuada. En su momento, hicimos lo que debíamos hacer en pedir la sede y ahora en renunciar a serlo", cerraba el alcalde, abierto a ser partícipe de otra forma en el Mundial: "Como subsede de entrenamiento, La Rosaleda cumple con su papel perfectamente para ser parte del Mundial. De hecho La Rosaleda está abierta siempre a acoger el equipo español. Estamos en la posibilidad de tener aquí partidos importantes".