El Málaga perdió con el Granada pero iba por el buen camino. Una actuación generosa de todos, con mayor o menor acierto, pero con algunos errores graves, siendo el último el que más dolió. Yáñez y Cristian destacaron particularmente.

Rubén Yáñez (**)

Parada milagrosa en los primero minutos. Un error casi cuesta un gol, luego lo remendó con otra intervención de gol.

Delmás (*)

El lateral no termina de ser rocoso atrás ni de romper arriba, pero trabajó generosamente.

Ramalho (*)

Está asentándose en el centro de la zaga, donde está siendo el mejor en este curso. Sobre todo comparado con otros.

Burgos (*)

Volvía a jugar dos partidos y pico después. Varios regalos, rompió un fuera de juego que casi es gol de Callejón. Se necesita de él más empaque y calma.

Cristian (**)

Celebró su renovación automática con un buen partido pero también con unas molestias inoportunas.

Genaro (-)

Empezó con Escassi en el doble pivote. Hizo un buen trabajo pero la pérdida final condena al equipo y empaña todo.

Escassi (*)

Le faltaba algo de fuelle pero dio consistencia y fue a mejor hasta que le duró la gasolina.

Villalba (*)

Le faltó algo de precisión, pero se le vio enchufado y supo dar sentido cuando tuvo el balón.

Febas (*)

Partido serio, activo, arrancando desde un costado. En la segunda mitad creció y con él los demás.

Lago Junior (*)

Empezó en punta con Rubén Castro y jugando con cierta libertad. Probó varios disparos que fueron peligrosos en los que pasar quizás habría sido mejor.

Rubén Castro (*)

No fue su día y quizás no habría sido una mala opción poner a otro hombre para el desgaste inicial. Pero es que venía de un doblete...

Fran Sol (*)

No le llegaron muchos balones y tampoco anduvo demasiado fino. Peleó, eso sí.

Javi Jiménez (*)

Entró por la lesión de Cristian y en un tropezón con Yáñez casi cuesta un gol.

Luis Muñoz (-)

Intenta recuperarlo Pellicer, pero su estado de forma es un lastre para el equipo. Probó un disparo lejano.

Gallar (*)

Otro al que se intenta enchufar. Escasa aportación desde su ingreso.

Loren (s.c.)

Cuando le tocó entrar para un arreón en los instantes finales, se había puesto todo cuesta arriba.