Ontiveros, vuelta a Málaga: Gris en el césped e insultos desde la grada
El malagueño no fue bien recibido y su salida del campo en el minuto 78 dio paso a los goles cadistas
Las fotos del partido

Javier Ontiveros Parra (Marbella, 1997) es uno de los mejores talentos que ha dado la cantera del Málaga CF. Unas condiciones para una carrera de jugador de club de competición europea, como poco. Pero ahora acumula varias temporadas en Segunda División, con el filial del Villarreal ya con 27 años y ahora en el Cádiz. En 2019 saltó desde Málaga al club de los Roig, pero de ahí una peregrinación sin asentarse hasta que ahora sí está ofreciendo un rendimiento acorde a su potencial. Se presentaba en La Rosaleda con 15 goles producidos.
Hubo un momento clave en el que la relación entre Ontiveros y el Málaga CF se torció. Fue en el verano de 2021. A finales del mercado, el club malaguista ya veía algo de color después de dos temporadas con la fatiga al cuello, con la sanción de las 18 fichas. Sin hacer dispendios, pero llegó a un acuerdo con el Villarreal para que viniera cedido. Un mediodía estaba todo acordado, había dado el sí y se disponía a viajar a Málaga para unirse al equipo donde se formó con breves estancias en el Betis y el Barcelona. Pero una llamada de Osasuna, desde Primera, le hizo cambiar de opinión. Y no se le perdonó.
Fue la primera vez que Ontiveros saltó a jugar contra el Málaga desde que se fue, había venido alguna vez pero se quedó en el banquillo. Esta vez llegaba con galones en el equipo amarillo. Y desde el anuncio por megafonía de su nombre se supo que no iba a ser una tarde agradable para el atacante marbellí. El primer balón que tocó fue uno suelto que engatilló alto desde 30 metros. Sacó el balón parado, córners y faltas. Condujo y produjo más peligro por la certeza de su puntería que por la realidad. Si en la ida marcó dos goles de cabeza llegando, esta vez estuvo más lejos del gol. Conforme pasaban los minutos iba aumentando la carga de los gritos, con inquina. Y en la segunda parte ya se pasó al insulto, con recuerdo a su madre y también a un episodio de un vídeo desde su bañera que circuló por redes.
En el minuto 78 fue relevado por su entrenador y la bronca fue ya la definitiva. Un regreso a casa gris en el césped y también desagradable desde la grada, que no le perdona ese renuncio en un momento delicado en la historia del club y con la palabra dada. Pero feliz para su equipo, que en el tramo final del partido consiguió dos goles que llevan tres puntos para la Tacita.
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