El primer gran aullido de Lobete en el Málaga CF

Ni era medianoche, ni había luna llena, pero La Rosaleda fue testigo del primer gran aullido de Lobete, que, tras un gran ejercicio de perseverancia, tuvo, por fin, su gran día con la camiseta del Málaga CF el pasado domingo ante el FC Andorra.

Un gol que empujó a todo el equipo a creer más que nunca de que eran capaces de vencer, a pesar de la expulsión de Darko Brasanac, y dos asistencias, que ayudaron a Eneko Jauregi a estrenarse y a tener también su primer gran momento como jugador del club de Martiricos, fueron sus números, sin la necesidad de jugar el partido completo, dado que entró desde el banquillo como uno de los primeros cambios de Sergio Pellicer fruto de la reacción táctica tras la tarjeta roja a su compañero.

Hasta el momento, la crítica al ex del FC Andorra era de que generaba, pero no era capaz de materializar las jugadas, ya fuese con un tanto del propio atacante o con un pase para habilitar a alguno de sus compañeros para finalizar la jugada.

Sin embargo, Julen Lobete salió al terreno de juego en situación de inferioridad y demostró que tiene el potencial y la capacidad para ser determinante, algo puesto en duda por parte de la afición. Una redención de un jugador que necesitaba un partido así para poder dar un paso adelante y tomar más importancia.

De esta manera, el futbolista oriundo de Guipúzcoa se pudo quitar una espinita que llevaba arrastrando alrdedor de un año. Un vuelta al sol de no dejar de intentarlo partido tras partido, integrado en el grupo como si de un canterano se tratase y esforzándose con el compromiso de uno de ellos. El esfuerzo acabó teniendo una recompensa, aunque tardía, a todo el trabajo de tanto tiempo, con la confianza inagotable de Sergio Pellicer.