La gestión de las ciudades desde una óptica sostenible e integradora para aumentar la felicidad de sus ciudadanos parece ser una asignatura pendiente entre la clase política del siglo XXI, dejando en el olvido la materia pese a vivir en la era del ladrillo, y la falta de espacios públicos que generen comunidad entre sus habitantes es una carencia en municipios como Marbella, según ha destacado el experto en gestión Tomás Vera, que lidera la Fundación Ciudad y se barajó como candidato a la Alcaldía del PP en los años 2000 en la localidad, quien apuesta por crear un “consenso social” a modo de ‘plan estratégico de todos’ para planificar el futuro.

Nacido en 1967, se trasladó junto con su familia a Marbella con menos de un año de edad, ciudad en la que ha pasado su infancia y su adolescencia, cursando sus estudios en el colegio Ecos, y que visita habitualmente. A los 18 años partió para Madrid, donde ha desarrollado su trayectoria profesional en la dirección y administración de empresas, una aptitud que ha ejercido tanto en el sector público como privado, formando parte de los equipos del popular Alberto Ruiz Gallardón durante sus mandatos en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento madrileño, estando afiliado durante 16 años al Partido Popular (PP) en la capital española.

A nivel autonómico, Vera dio sus primeros pasos en la Comunidad de Madrid, donde ejerció como jefe de gabinete del vicepresidente y consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes entre 1995 y 1999, cuando coordinó la primera ampliación de la red de metro regional y el programa de desarrollo urbano y territorial. Posteriormente, asumió el cargo de director general de Servicios Sociales entre 1999 y 2002, así como de Inmigración y Cooperación Internacional entre 2002 y 2003.

El salto a la Administración local lo dio en 2003, siendo director general de Inmigración y Cooperación Internacional entre 2003 y 2007 con el gobierno municipal del PP del exalcalde Alberto Ruiz Gallardón. En la segunda legislatura del popular como regidor, Vera ejerció como director de la Agencia de la Energía entre 2007 y 2011.

Tomás Vera durante una ponencia.

La gestión en la empresa privada ha estado marcada por el ámbito sanitario, siendo director general del Hospital La Milagrosa de Madrid entre 2018 y 2019 y del grupo privado hospitalario Blue Healthcare entre 2019 y 2021. También ha estudiado el máster ‘Bussines Administration’ en el Instituto de Empresa de Madrid.

Uno de los proyectos más destacados que lidera Vera es la Fundación Ciudad, creada en 2015 y en la que colaboran profesionales orientados a la “gestión pública”, como arquitectos o urbanistas con un conocimiento profundo de Latinoamérica, y que tiene como objetivo “generar modelos óptimos de planificación y desarrollo para las ciudades, viendo la ciudad como el espacio clave en el desarrollo de las personas y económico de los países”.

El Foro Iberoamericano de Ciudades es la actividad en la que el colectivo plasma anualmente su visión de los espacios, y que este año se celebrará en junio en México, conformado como un encuentro con las ciudades de Latinoamérica para que las empresas y los profesionales contribuyan a diseñar infraestructuras y servicios, generando un modelo de ciudad sostenible, inteligente e inclusivo.

Falta de infraestructuras públicas

El experto pone su mirada en Marbella, en la que residió hasta 1986 y a la que le une un vínculo familiar, donde hubo “una posibilidad” de ser el candidato local del PP al inicio de la década de los años 2000, sin que finalmente diese resultado. Del municipio destaca su microclima, su naturaleza o su ubicación privilegiada, pero “carece de los ingredientes necesarios para generar comunidad, bienestar, cultura o educación”. Ello lo hace en base a “la falta de infraestructuras públicas imprescindibles para el desarrollo comunitario” y a que “carece de una estrategia de ciudad”.

La creación de un “pacto colectivo” a modo de plan estratégico que marque un modelo en el que “todo el mundo se implique y lo sienta suyo”, es la propuesta para guiar la acción municipal de cara al futuro, en una ciudad en la que “no hay sentido de comunidad” ni “lugares para reunirse” ya sean culturales, deportivos o de otra índole. “Marbella carece de infraestructuras básicas mínimas y no construye comunidad”, como pueden ser una Universidad, un Estadio de fútbol o un pabellón deportivo, resalta.

Vista del casco urbano de Marbella.

“No sabemos adónde vamos para construir el futuro de la ciudad, más allá de la improvisación y del desarrollo de viviendas. Es una ciudad que no ha construido un modelo y que no tiene un horizonte hacia dónde organizarlo”, ha opinado el experto, quien pone como ejemplo el desarrollo que ha experimentado Málaga en los últimos años con un “acuerdo social, político y colectivo” con el que marcó su hoja de ruta.

Para construir ciudad, Vera apuesta por “un plan estratégico” y un “plan de infraestructuras necesarias” en Marbella, de la que destaca que “carece de un plan de movilidad mínimo”, a pesar de que el transporte urbano es gratuito pero que “no tiene esa calidad que hace que la gente lo pueda usar”; así como de las infraestructuras para “construir entidad”, donde “el equipo de fútbol no tiene dónde jugar”.

La idea de un “pacto social y político” incluye también la búsqueda de un “modelo productivo y de calidad” que permita “garantizar el crecimiento económico y la prosperidad de los habitantes, para que no seamos solamente una ciudad de servicios”. También apunta a factores como la diversificación de la actividad económica, la atracción de nómadas digitales mediante “incentivos culturales, educativos o deportivos” y la activación de la sociedad civil, para lo que es necesario una participación “real” y crear espacios de reunión o infraestructuras culturales, deportivas o educativas, y en definitiva, “todo aquello que construye ciudad e identidad”.

Vista de la playa de La Bajadilla.

Así, Vera apuesta por “encontrar los ejes potenciales, convertirlos en una estrategia y acordarlos en un plan independientemente de quién gobierne, un pacto social que haga que la ciudad no pierda su camino y orientarla, que tenga una estrategia y un horizonte. Que alguien piense Marbella”. El fin es hacer “una ciudad más sostenible y más productiva, que produzca felicidad en los vecinos e igualdad de oportunidades para todos”.

Según ha valorado, los planes estratégicos “difícilmente pueden ser de parte, necesitan una confluencia mucho mayor y de la participación de los grupos políticos y de todos los estamentos de la sociedad, que realmente se apueste por ese modelo de ciudad”.

El Ayuntamiento de Marbella inició en 2014 la elaboración de su primer plan estratégico, con un gobierno del PP al frente, que trazaba las líneas maestras para el desarrollo de la ciudad en 10 años y definir el modelo de ciudad. El documento final se presentó con el gobierno del tripartito, que lo impulsó entre los años 2015 y 2017.

Desde el Consistorio han destacado que “el Ayuntamiento tiene un plan estratégico que terminaba en 2022 y se aprobó en Pleno la prórroga”, incidiendo en que ahora “se está elaborando la Agenda Urbana en reuniones con las áreas”, con la que se pretende “poder reflejar las estrategias de la ciudad”, así como se mantendrán encuentros con colectivos para que “represente el interés de todos”.