Calidad frente a cantidad. Los municipios de la Costa del Sol quieren ponerle freno al crecimiento desaforado de años atrás, y no precisamente por falta de espacio en los diferentes planes urbanísticos, sino por la limitación de infraestructuras públicas y de recursos a los que se enfrentan cada año. Un ejemplo de ello es el municipio de Estepona.

Según explicó ayer el alcalde, José María García Urbano, el equipo de gobierno tiene previsto llevar a cabo una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) según el cual todavía se pueden construir casi 30.000 viviendas, que multiplicado por 2,5 sumarían unas 80.000 nuevas personas, duplicando su población en una década.

“Cuando modifiquemos nuestro plan habrá una reducción de densidad, edificabilidad y ocupación del territorio”, destacó el primer edil.

“Si nos lanzamos hacia un crecimiento desaforado nos encontramos con que no solo el agua es un bien escaso, también tenemos unos kilómetros de playa que son limitados, los accesos a la ciudad son limitados y las zonas de aparcamiento son las que son. Cuando tenemos parámetros limitados como estos no podemos lanzar un crecimiento ilimitado”, agregó.

Otro ejemplo es el caso del municipio de Benahavís, cuya aprobación del PGOU ya ha sido remitida al Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) tras 14 años de tramitación, un modelo que se basa igualmente en la reducción de ese crecimiento desaforado característico de la zona en favor de la creación de viviendas de calidad. “Nuestro plan se planteó al principio con 30.000 viviendas y lo hemos dejado en 2.000”, subrayó el alcalde de Benahavís, José Antonio Mena.

En la misma línea se trabaja en el Ayuntamiento de Marbella, pendiente de la redacción del nuevo Plan General tras la anulación del PGOU de 2010.