Pirri, el conserje jubilado de Marbella que reclama un monumento para Triana

El antiguo empleado municipal, que acompañó al grupo de rock andaluz en más de cincuenta conciertos, suma 15.000 seguidores en su campaña y se propone alcanzar 50.000 firmas

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Miguel Zaguán, Pirri y Juan Delola.
Miguel Zaguán, Pirri y Juan Delola. / M. G.

José Pérez Romo, Pirri, a mediados de los setenta, en plena transición democrática era conserje del Ayuntamiento de Marbella. Acostumbraba a escaquearse de su trabajo, para fumarse un pitillo y escuchar música de Pink Floyd, Jimmi Hendrix o Led Zepelin. Para ello solo tenía que andar unos metros sin salir de la Plaza de los Naranjos y llegar hasta la tienda de discos de José Manuel Rivera Liébana, conocido como Jotta. En esas estaba Pirri una mañana cuando alguien le propinó una colleja.

¬ Me volví y vi detrás mio riendo al torero Curro Romero. Me preguntó qué estaba escuchando, Pink Floyd le respondí.

¬Cómo es que no escuchas a Triana, me dijo.

No conocía nada de rock andaluz. He mantenido una gran amistad con Curro Romero.Venía mucho a Marbella, frecuentaba La Tricicleta, pasaba por el Ayuntamiento y le ayudaba a resolver trámites, yo tenía muchas relaciones. Él me regaló un disco de Triana, tanto me gustó que me aficioné a su música.

Se describe como un conseguidor de favores durante los últimos años del franquismo, en los que no le costaba obtener la firma de un técnico para sacar adelante los papeles de un amigo.

¬Cuando Franco visitó Marbella en 1973 para inaugurar Incosol yo estaba en la primea fila con mi uniforme de conserje de gala y me dio la mano.

Pirri con Eduardo Rodríguez, miembro de Triana.
Pirri con Eduardo Rodríguez, miembro de Triana. / M. G.

En esos años de principios de los setenta, surgió en todo el país un movimiento de bandas de rock progresivo que intentaban visibilizar su identidad autóctona. A la elaborada y apreciada música anglosajona se la sazonaba con sonidos locales. Triana apostó por la fusión del rock progresivo de grupos como Pink Floyd, King Crimson o Caravan con aires flamencos. El grupo consiguió transformar la singular mezcla de rock y flamenco en temas de éxito.

La instalación de las bases militares de EEUU en Morón (Sevilla) y Rota (Cádiz) en los años cincuenta provocó una progresiva afición al jazz, el blues o el rock. A esta situación se le sumaba los álbumes que Gonzalo García Pelayo traía de París, para difundir esta música y generar una nueva corriente en las bandas locales. Jotta compartía este gusto por la música que lo difundía en su tienda de discos y en una emisora de radio.

¬Llegamos a tener un programa de radio en Costa del Sol, la emisora del Movimiento. Alfonso Salgado contaba con un programa por la noche en el que se limitaba a poner discos, nos dio media hora en la que poníamos música y traíamos algún invitado. Llegamos a tener cuatro horas de programa por las noches. Lo tuvimos durante unos ocho meses, hasta que el director de la radio, que no le gustaba lo que hacíamos, nos echó aduciendo que estábamos incurriendo en intromisión al periodismo.

Pirrri tenía una fantasía muy grande y mucha palabrería. Se tomaba recreo en el trabajo y venía a menudo por la tienda. Hacía favores a la gente que necesitaba algo del Ayuntamiento. Nosotros le dábamos la propaganda anarquista para que hiciera fotocopias en el Ayuntamiento, que luego poníamos dentro del sobre de los discos, recuerda Jotta.

El disco que Curro Romero le regaló a Pirri, era el primer álbum de Triana, de 1975, conocido por los aficionados como El patio. Para algunos críticos musicales ha sido uno de los discos más influyentes en la historia del rock nacional, que marcó a muchos músicos, desde Manolo García a Raimundo Amador.

Portada del primer álbum de Triana.
Portada del primer álbum de Triana. / M. G.

Gonzalo García Pelayo, presentador de programas musicales en radio y televisión, cineasta y productor de discos, señaló en una entrevista en El País que las letras y músicas de Triana tenían un componente místico. “Al estilo sevillano, claro: una canción te llevaba a la Semana Santa y otra a la Feria de Abril. Se consumía mucho LSD y Jesús de la Rosa retrataba sus viajes”.

De la Rosa, cantante, teclista y compositor de la mayor parte del repertorio del grupo, consiguió conquistar al público con temas de diez minutos de duración trufados de pasajes instrumentales, siguiendo los dictados del rock progresivo. El guitarrista Eduardo Rodríguez y el batería Tele Palacios, completaban el trío. En su breve trayectoria de 1974 a 1983, Triana tuvo una importancia decisiva en la configuración del rock andaluz hasta convertirlo en un género.

¬Me enganché a la música de Triana y fui a verlos en un concierto en Coín, quería conocerlos y decidí saludarlos después de la actuación. Era el mes de junio y me comentaron que querían actuar ese verano en Marbella. A través de Curro Romero, que terminó vendiendo su casa a Julio Iglesias, logré ponerme en contacto con Carlos Corbacho que era el gerente de las plazas de toros de Málaga a Algeciras. Me reuní con él y conseguí un contrato de cinco años para organizar conciertos en Marbella.

Cartel de Fiesta del Rock de Marbella de 1977.
Cartel de Fiesta del Rock de Marbella de 1977. / M. G.

El primer concierto fue un éxito. Conseguí reunir 18.000 personas en la plaza de toros de Marbella, aumentamos un cincuenta por ciento el aforo de 12.000 espectadores con la utilización del ruedo. Había banderas de todas las comunidades de España, fuegos artificiales y mecheros encendidos. Triana actuó tres veces en la plaza de toros de Marbella. El Ayuntamiento me ayudó mucho, el cajero me adelantaba hasta medio millón de pesetas para hacer los conciertos, eran otros tiempos. Después de que sacaran el disco Tu frialdad ya no se podía hacer frente a un caché que era de tres millones de pesetas.

Una vez actuando el grupo en Utrera (Sevilla), Tele Palacios, el batería, se molestó con el público y les llamó hijos de puta. Le devolvieron el insulto con una botella de Cruzcampo, que pegó en el gong. Jesús de la Rosa lo miró, le pidió a su compañero que se relajara y a los asistentes les imploró calma. Tele hizo un solo de batería de media hora y fue ovacionado por el público al que se había enfrentado.

Yo hacía de todo en los conciertos, ponía carteles, repartía octavillas, lo que encartara. Habré estado con Triana al menos en cincuenta conciertos. Recuerdo que en 1978 hubo un concierto en Burgos en el que actuaban quince grupos de distintos lugares de España. En la prensa se lo calificó como el festival de la cochambre. Había mucha droga. Entonces pensé que si seguía haciendo tanta carretera me iba a matar.

Pirri junto a Javier García Pelayo, manager de Triana y el guitarrista Juan Delola.
Pirri junto a Javier García Pelayo, manager de Triana y el guitarrista Juan Delola. / M. G.

En octubre de 1983 se celebraron en el velódromo de Anoeta de San Sebastián varios conciertos benéficos para recaudar fondos a favor de los damnificados por las inundaciones que ese verano se produjeron en el País Vasco. Triana fue uno de los grupos que actuó allí.

¬ Jesus de la Rosa se marchó antes para conocer a su hijo de seis días y sufrió un accidente. Entró al hospital andando, estuvo cuatro horas esperando a que lo atendieran, le sometieron a varias operaciones, hasta la octava que no la superó. Jesús era un poeta, la mayoría de las letras eran suyas, era una persona especial, humilde, sencilla. Su muerte supuso el final de Triana.

Pirri participó también en la organización de conciertos en Marbella de Camarón con Leyenda del tiempo, Medina Azahara, Mezquita, Alameda, Lole y Manuel, Antonio Flores, Manzanita, Cai, Imán, Pau Riva o Iceberg.

¬ También conocí a Miguel Ríos. Con la Marbella de la jet de entonces no tuve relación. Lo mio era el rock andaluz, aunque si conocía y me llevaba bien con Luis Ortíz y Los Choris.

En los noventa cuando gobernaba Jesús Gil, el alcalde me dio un reloj del Atlético de Madrid. le dije que no me gustaba y que no me lo iba a poner porque yo era seguidor acérrimo del Real Madrid, tengo tatuado en una pierna el escudo del club. Gil me dijo entonces que me iba a ir mal. Al día siguiente dejé el Ayuntamiento.

Jubilado desde hace décadas, Pirri prefiere presentarse como una especie de antiguo Road Manager de Triana en los años setenta. Vive ahora abocado en reivindicar la memoria del grupo y se afana en recoger firmas para levantar un monumento al grupo rock andaluz.

Pirri con la camiseta que reivindica el monumento.
Pirri con la camiseta que reivindica el monumento. / M. G.

¬Si los Beatles tienen un monumento en su ciudad de Inglaterra, Liverpool, por qué Triana no tiene ninguno en la suya, Sevilla, se pregunta Pirri. Tiene 15.000 seguidores en las redes sociales, a quienes azuza para conseguir su apoyo y el de sus amigos para que le ayuden a allanar los trámites ante el Ayuntamiento sevillano.

¬Empecé hace ocho años a recoger firmas, ya tengo cerca de 40.000, este año espero alcanzar las 50.000 y presentarlas al Ayuntamiento de Sevilla.

Ya lo hizo anteriormente en dos ocasiones y no ha tenido respuesta municipal. A partir del 14 de junio retomará la campaña de recogida de firmas en los conciertos de Juan Delola, un guitarrista, compositor y productor de rock andaluz de Marbella que ha trabajado acompañando al cante y baile en grupos y cuadros flamencos en tablaos, peñas, festivales, teatros y hoteles.

¬Con Delola volví a los conciertos y a la música, estuvimos siete años maravillosos por toda España con Noches andaluzas.

Plaza de Toros de Marbella en 1977.
Plaza de Toros de Marbella en 1977. / M. G.

Es un homenaje con una puesta en escena muy cuidada, un sonido y arreglos muy trabajados, donde la iluminación juega un papel fundamental para crear un espectáculo mágico e inolvidable. Un espectáculo donde se repasan las canciones más representativas de esta música. Es un viaje en el tiempo a la Andalucía de finales de los años setenta y primeros ochenta, recordando a grupos y artistas como Triana, Alameda, Medina Azahara, Camarón o Lole y Manuel, según los organizadores.

Jesús de la Rosa vaticinaba acerca del álbum El Patio que “dentro de cuarenta años la gente se habrá enterado bien de nuestra obra y nos reconocerán y hablarán de nosotros”. Han pasado cincuenta años y Pirri se empeña en difundir este legado.

¬Delola presenta un espectáculo increíble donde se hace un recorrido por la vida del grupo con una selección de canciones de sus seis álbumes. Eduardo Rodríguez es el único superviviente del grupo. A Triana hoy se le sigue escuchando muchísimo, es una leyenda en sí, una música única, irrepetible.

Recuerda que Sombra y luz fue el disco de la consagración definitiva de Triana. Se alzó con el número uno de Los 40 Principales en 1979, año del lanzamiento del álbum, que representa la cima de su éxito.

¬Amigos, si no me apoyáis me va a costar el doble de esfuerzo, por eso os pido de todo corazón que me ayudéis. Para mí esto es una lucha muy importante, poder decir algún día que gracias a todos mis amigos hemos conseguido el monumento a Triana. Solo os pido que invitéis a vuestros amigos que entren en el grupo de amigos que sienten de corazón al grupo de rock andaluz Triana. Yo lo llevo muy dentro de mi corazón, repite Pirri en las redes sociales.

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