Alfonso Sánchez estrena 'El mundo es vuestro': “A partir de vernos realmente como somos podemos evolucionar”
El 18 de marzo llega a los cines la tercera parte de la saga que arrancaron Los Compadres en 2012
Sánchez dirige esta comedia loca repleta de crítica
En 2012 los efectos de la crisis económica le sirvieron a Alfonso Sánchez (Sevilla, 1978) para abrir una caja de Pandora que sigue aireando hoy las miserias de esta sociedad. Una década después, regresa con su buen compadre Alberto López para disparar a diestro y siniestro a punta de carcajadas.
–El mundo es vuestro se estrena este próximo 18 de marzo. Cuenta que es un proyecto gestado hace años...
–Sí, es el impulso posterior a El mundo es nuestro. La primera versión de guión es de 2013, se suponía que iba a ser la siguiente. Pero nadie apostó por ella y fue imposible financiarla. Decían que era una película demasiado políticamente incorrecta. Nos fuimos cansando y la metimos en un cajón. Seis años después surgió la oportunidad de regresar con Los Compadres. Pero ahí hicimos una película -El mundo es suyo- que encajaba más en los estándares de la industria en España. Con el tiempo, el país se ha vuelto más políticamente incorrecto y ha cobrado sentido que llegue ahora la película. Con la evolución lógica del guión, aunque la esencia siga siendo la misma.
–Podría pensarse que la escena del ‘tiro al parado’ está inspirada en El juego del calamar
–Pues está escrita desde 2013. Lo juro.
–Esta película no deja títere con cabeza, le pega palos a todo...
–Sí, es como una ametralladora disparando a 360. Creo que es fundamental que todos tengamos una representación, es muy difícil que alguien no se vea reflejado de una u otra manera. Es como hacía Valle Inclán en Luces de Bohemia, ponerle al espectador un espejo deformado que nos cuenta la esencia de lo que somos. Es una película muy metafórica. Hemos pretendido hacer una metáfora del ruedo ibérico desde el prisma de la comedia, algo que creo muy necesario.
–¿Hace falta reírse de uno mismo?
–En los tiempos que corren necesitamos esa catarsis, reírnos, ves las noticias y la realidad supera a la ficción, hay cosas escritas desde hace años que están hoy más de actualidad que nunca.
–¿Es un espejo vergonzante el que sitúa frente al espectador?
–Sí, un poquito. Muchas veces no nos queremos ver tal como somos, preferimos ponernos frente a esos espejos que te estilizan un poco. Pero realmente somos un poco más bajos y más feos. Es muy necesario que nos riamos de eso. A partir de vernos realmente como somos, es cuando podemos empezar a mejorar, a evolucionar, a crecer. Y es muy oportuno que el público no solamente vaya al cine a entretenerse, que es maravilloso y divino, sino también a reflexionar un poquito. Y no hay mejor manera que a través de la risa, que es la forma menos agresiva.
–Corrupción política, grupos radicales, de derecha a izquierda, la España más rancia y la más progre, la de ‘todas y todes’... tienen su reflejo en la película.
–Después de diez años de El mundo es nuestro me doy cuenta de que la obra que hemos hecho es muy global. Esta situación no es del año 2022 post pandemia, esto se viene gestando desde la crisis de 2008 y, te diría, desde el siglo XVI. No hemos cambiado tanto, seguimos anclados en los mismos errores, seguimos sin escucharnos y con un espíritu revanchista que tenemos como pueblo.
–¿También está muy presente la cultura del pelotazo?
–Desde que dimos el pelotazo de descubrir América seguimos buscándolo constantemente. Ahí se crea la picaresca, ese espíritu de sobrevivir a toda costa. Algo de lo que habla la película y que encarnan los Compadres de una manera directa. Uno ha dado el braguetazo y el otro busca ese negocio que le retire. Mi personaje ni siquiera quiere un “carguito” si eso supone trabajar. Estos planteamientos entroncan con el espíritu que nos han vendido. Ojalá viviéramos en un país que realmente te premiara por tus méritos. Desgraciadamente no es así. Es un país en el que influyen más otras cosas, las amistades que tengas, dónde has estudiado, de dónde vienes. Es lógico que este caldo de cultivo genere esa picaresca.
–¿Se han propuesto que China se quede con la España vaciada?
–Verás que al final va a ser un buen negocio... [risas] Viendo como está el mundo hay que buscar otras opciones, estamos en una situación muy crítica y tenemos que empezar a plantearnos cosas. Evidentemente lo de vender la España vaciada a los chinos es una locura, una metáfora, pero sí que es una manera de decir que hay que cambiar el modelo y buscar otras opciones.
–¿Cómo se ha sentido de libre haciendo esta película?
–Esta vez he hecho lo que me ha dado la gana. He tenido una libertad creativa autoimpuesta, porque la peor censura es la autocensura, el propio miedo. Y con esta película he buscado esa libertad que tuve con El mundo es nuestro. Esa sensación de ahora o nunca, de jugártelo todo, de ese vértigo salen las mejores cosas. Al menos, las que más disfrutas como artista.
–¿Cómo afrontó el rodaje de escenas tan locas?
–Contrariamente a lo que pueda parecer soy muy metódico, muy cerebral. Tuvimos un rodaje muy intenso. Con lo que me quedo, lo más maravilloso, es que todo el mundo se metió en ese barco que no sabía muy bien a dónde iba, que era un poco locura, y todos lo hicieron suyo. Se sumergieron en ese espíritu quijotesco, todos remaron en la misma dirección, teniendo fe y todo el trabajo de los departamentos es brutal.
–¿Qué es lo que más le inquieta?
–Me da un poco de miedo que el trabajo maravilloso de, por ejemplo, el diseño de sonido, con 15 personajes hablando a la vez y que se les entienda a todos, el trabajo de fotografía, esos planos secuencia, el diseño de vestuario, la música, que esos trabajos técnicos puedan pasar desapercibidos en cuanto a su calidad por ser una comedia.
–¿Ha tenido muy presente el espíritu de Berlanga?
–Sí, evidentemente es un homenaje al cine de Berlanga y Azcona, un homenaje abierto y muy consciente. Nadie ha contado como ellos lo que es España en el cine español.
–¿Qué espera a partir del 18?
–Que el público vaya al cine, que haga el esfuerzo de verla en pantalla grande. Es una película independiente andaluza, arriesgada y hecha por y para el público. Esperemos que responda.
También te puede interesar