"Almodóvar me ofreció el papel más bonito al que una actriz puede aspirar"
Elena Anaya. Actriz
La intérprete de 'Habitación en Roma' y 'La piel que habito' recogió ayer el Premio Málaga a una carrera que, a pesar de su juventud, la consagra como uno de los rostros imprescindibles del cine español
Sus ojos tienen una chispa especial, un magnetismo que devora la pantalla. El mismo que conquistó hace ya casi dos décadas a Alfonso Ungría. El cineasta le ofreció su primer papel y con África inició una carrera que casi sin pensarlo se fue adueñando por completo de su vida. A sus 36 años Elena Anaya ya tiene en su filmografía una treintena de películas. Ha trabajado con Agustín Díaz Yanes, Miguel Albaladejo, Jaume Balagueró y Julio Medem. Y, sobre todo, con Pedro Almodóvar. "Llevo como un año y medio sin rodar, leyendo muchos guiones e intentando encontrar uno maravilloso. Afortunadamente, están llegando muchas ofertas, pero la situación está muy difícil en España y fuera", afirmaba ayer, antes de recoger el Premio Málaga.
-Es una de las actrices más jóvenes en recibir el galardón...
-Sí, creo que sí, aunque no te creas que soy más o menos de la misma quinta que Tosar. El otro día hice cálculos. Tengo 36 años y empecé en esto a los 18, por lo que ya han pasado 18 años dedicándome al oficio. Es algo para celebrar, como la mayoría de edad, y coincide con la entrega del premio, que supone un empujoncito, un abrazo de cariño, un reconocimiento que empezó cuando yo aún no sabía que podía hacer carrera en el cine.
-¿Qué ha cambiado en usted desde aquella joven hasta ahora?
-Intento que no cambien muchas cosas. Por supuesto han pasado muchos años, yo he crecido y he aprendido muchas cosas, me he formado como actriz. Con África acababa de ingresar en la RESAD y no había tenido aún contacto con la formación, ni con el oficio en sí. En mi familia nadie se dedicaba al cine y todo era como muy nuevo para mí. Pero yo creo que la esencia es la misma, siempre se mantiene la identidad del ser humano. Intento que se mantenga la esencia de quien tú eres y los valores que te han inculcado desde pequeña.
-¿Qué hay de similar entre usted y Vera, su personaje en La piel que habito?
-Creo que hay algo que tiene este personaje, alguien con una fuerza grande dentro de su fragilidad aparente. Es alguien que resiste, que tiene mucha disciplina, que tiene que aprender a actuar para sobrevivir en la vida, y yo he hecho eso por gusto y por placer.
-No parece fácil el papel que le ofreció Pedro Almodóvar, ¿dudó en algún momento?
-Cuando encuentras un guión tan bien escrito como cualquiera de los 18 que ha realizado Pedro Almodóvar, no hay duda de que ese maestro está detrás. Es como un vino exquisito. Y yo no tuve ni un instante de duda o de miedo. Me lancé, sobre todo porque me ofrecía un personaje de los más bonitos a los que un actor o una actriz pueda aspirar. Además, he tenido la grandísima suerte de trabajar entre estos dos grandes actores. Ha sido algo muy bonito.
-¿Existe el papel perfecto?
-Sí lo hay, aunque no sé cuál. Aún así yo no busco ese personaje, sino que la historia funcione. A veces son tres sesiones. En la próxima película salgo en dos secuencias, al principio y al final de la película, pero lo elijo porque la historia es maravillosa y porque me apetece mucho hacer el personaje aunque sea en una minidosis. Es quién la cuenta, qué cuenta... y si puedes aportar algo a eso, pues chapó.
-Ha hecho personajes fuertes, otros más frágiles, se ha movido por distintos géneros. ¿Dónde se siente más a gusto?
-Me suelen ver más en los personajes oscuros, maltratados, golpeados, a los que la vida se lo pone muy difícil, gente muy luchadora con ganas de salir adelante. Suele ser más una cuestión de en qué me ven a mi, qué ofertas me llegan. No me ha llegado nunca un personaje con mucho desparpajo para protagonizar una serie de televisión, la verdad.
-Ha hecho poca comedia...
-Pues sí, es verdad. Pero sí me apetece hacer comedia, creo que son muy sanas y lo más difícil que hay, es muy agotador hacerla. Puedo parecer seria, aunque soy bastante payasa, no crea.
-¿Cree que ha realizado un recorrido de maduración en estos últimos años?
-Sí, creo que han llegado esos proyectos, llegó Hierro de Gabi Ibáñez, que fue una película muy interesante para mí, con un personaje muy distinto a lo que había hecho antes, Habitación en Roma, una película en Francia... Sí ha habido personajes que me han permitido dejar ahí más, que han dejado más al público y a la crítica. Pero eso llega, los personajes de alguna manera te eligen también a ti, y yo también me he encontrado en un momento como para hacerlos.
-¿Por qué ha elegido las películas que se van a ver en el festival y no otras?
-Me hubiese gustado que fuesen algunas más... África por ser la primera y porque para mí es la más grande, esa primera vez te marca. Familia, porque me parece que pertenece a la historia del cine y fue un auténtico gozo hacerla, y porque supuso un lanzamiento para mí. Las dos de Medem porque creo que son películas muy valientes, está bien recordar el cariño que el público le tiene a Julio, y por supuesto la película de Pedro, del que soy absoluta fan.
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