Antonio Banderas se quedó sin Oscar. El malagueño no pudo con la sonrisa del Joker y, como estaba previsto en todas las quinielas, Joaquin Phoenix se llevó la estatuilla a mejor actor. El pronóstico se cumplió cuando Olivia Colman anunciaba el triunfo del norteamericano frente al resto de nominados, entre ellos el español por su papel en Dolor y gloria, el filme de Pedro Almodóvar, que tampoco logró hacerse con el galardón en la categoría de mejor película internacional.

El propio Antonio Banderas, en los días previos a la ceremonia de los Oscar, lucía una tranquilidad poco habitual en un candidato, la del que acude a la fiesta a disfrutar del momento a sabiendas, reconocía, de "que no es el favorito".

También porque el malagueño, a sus 59 años, ha cerrado año "perfecto" tras ganar el Goya a mejor actor, "un premio que si anhelaba, la verdad", en la gala celebrada en Málaga el pasado enero, y recibir su primera nominación en Hollywood.

"Los premios en el mundo del arte son subjetivos, alrededor de todo esto hay un mundo extraordinario montado en el que te piden que participes para convencer. Por eso digo que de lo que se trata esta carrera hacia los premios es de no perder la dignidad", reflexionaba Banderas.

Sin perder la dignidad, pero también con una honestidad decidida, Banderas califica este último año de "perfecto", en el que , y ha recibido su primera nominación al Óscar.

La delegación española que conformaban Antonio Banderas, nominado al mejor actor protagonista; Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, seleccionada en el apartado de película internacional, y Klaus, aspirante con opciones en la categoría de película de animación, no tuvo suerte en una noche que, en el apartado actoral, respondió a las previsiones de las quinielas. Joaquin Phoenix (Joker), Renée Zellweger (Judy), Brad Pitt (Érase una vez en... Hollywood) y Laura Dern (Historia de un matrimonio) conquistaron los premios de interpretación.