Premios Goya en Málaga

Antonio de la Torre, antes de los Goya en Málaga: “Esta década ha sido un sueño, ahora quiero disfrutarlo”

  • El malagueño presentó en el Cine Albéniz la proyección de ‘La trinchera infinita’ dentro del ciclo previo a la gala de los Goya

  • Aspira de nuevo al premio al mejor actor protagonista

Antonio de la Torre, este miércoles, durante la presentación de ‘La trinchera infinita’ en el Cine Albéniz.

Antonio de la Torre, este miércoles, durante la presentación de ‘La trinchera infinita’ en el Cine Albéniz. / Javier Albiñana (Málaga)

Si por respuesta del público se trata, la victoria es suya: la cola que se armó este miércoles en el Cine Albéniz para ver a Antonio de la Torre fue incluso más larga que la que hubo que esperar el lunes para ver a su paisano Antonio Banderas (si bien es cierto que la hora para la cita con Dolor y gloria, las 16:00, no era la más indicada para las masas). De la Torre acudió para presentar, dentro del programa de actos previo a la gala de los Goya que tendrá lugar el próximo día 25 en el Palacio de los Deportes Martín Carpena, la proyección (gratuita) de la película La trinchera infinita, cinta nominada a quince Goyas y con la que el intérprete vuelve a aspirar al mismo Goya al mejor actor protagonista que ganó el año pasado por su trabajo en El Reino. Cauto, como siempre, a la hora de valorar sus opciones, De la Torre se limitó a afirmar: “La última década ha sido para mí como un sueño, algo que nunca habría imaginado. Ahora quiero disfrutarlo”.

 

Colas para ver a Antonio de la Torre en el Cine Albéniz. Colas para ver a Antonio de la Torre en el Cine Albéniz.

Colas para ver a Antonio de la Torre en el Cine Albéniz. / Javier Albiñana (Málaga)

Ante el público que llenaba la sala, en el que se encontraban el ex entrenador del Málaga Víctor Sánchez del Amo (al que no dejó de lanzar guiños: “Todos los trabajos tienen algún inconveniente. Algunos tenemos que salir desnudos en la pantalla, otros tienen que aguantar al jeque”) y el ex guardameta y entrenador de porteros del mismo equipo Koke Contreras, De la Torre desgranó algunas claves de la película dirigida por Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga, en la que interpreta a un topo, un alcalde republicano que tras la Guerra Civil vive oculto durante más de treinta años: “Es, seguramente, la película de mi trayectoria en la que he podido contar con más verdad mis raíces. Y también es un homenaje a la generación de mi madre y de mis tías, que sobrevivieron al franquismo con un lenguaje casi clandestino. La trinchera infinita cuenta la vida de la gente del pueblo, de cómo se expresa, de cómo son sus casas. Y cada vez estoy más convencido de que sólo las películas que hablan de nuestro mundo merecen ser contadas”. Respecto a las peticiones que hubo en el pasado Festival de San Sebastián (donde La trinchera infinita logró cuatro premios, incluidos el de mejor película y el de mejor guión) de un pase con subtítulos dado el andaluz cerrado que hablan los protagonistas, De la Torre se mostró tajante: “Con todos los respetos, si vas a hacer una película ambientada en la Andalucía profunda, entre los años 30 y 40, no puedes hablar como en un serial de televisión. Lo demás son excusas. Si una película no te toca, lo que te cuenten y cómo te lo cuenten te va a dar exactamente igual. Eso es así”.

"Cada vez estoy más convencido de que sólo las películas que hablan de nuestro mundo merecen ser contadas", afirmó el actor

Se deshizo De la Torre en elogios hacia Belén Cuesta, con la que comparte el protagonismo del filme (y que aspira al Goya a la mejor actriz protagonista): “Creo que entre los dos hubo mucha química en el rodaje y eso se nota en la película. Al final, La trinchera infinita es una historia de amor en tiempos de miedo, así que tuvimos que jugarnos el pellejo en muchos sentidos. La acción de la película, que está basada en hechos reales, se prolonga durante más de treinta años, por lo que tuvimos que transformarnos mucho físicamente. Tanto, que el rodaje se distribuyó en dos partes, de ahí la entrada en juego de tres directores”.

Con respecto a la gala de los Goya, el actor tiró de diplomacia: admitió que volver a ganar el premio “le haría mucha ilusión”, pero, tras una década “increíble, prácticamente un sueño”, su mayor empeño ahora es “disfrutarlo”. Preguntado por sus competidores, no dudó en alabar el oficio de Antonio Banderas: “Lo que hace en Dolor y gloria es un trabajo modélico. Demuestra todo de lo que es capaz un actor cuando conoce bien lo que está contando y, sobre todo, cuando atesora suficiente experiencia como para interpretar un papel como el suyo. Sólo a ese nivel puede desaparecer el actor para que aparezca el personaje”. Y en cuanto a las aspiraciones de La trinchera infinita, aseguró tener puestas todas sus esperanzas en el Goya a la mejor película: “Vendría muy bien para ganar más visibilidad. Necesitamos que la gente la vea, pero pagando. Muchos no creen que el cine español tenga un problema de visibilidad, pero lo cierto es que El Reino obtuvo en Francia el doble de recaudación que en España. Queda mucho trabajo por hacer todavía”. Con capitanes como Antonio de la Torre, la singladura promete. Sea cual sea el destino.

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