Exposición

Arias y Picasso: una amistad revelada en la Casa Natal

  • La exposición 'Exilio y nostalgia' muestra la colección de dibujos que el artista malagueño regaló a su barbero y cómplice en el exilio republicano Eugenio Arias y que habían permanecido inéditos hasta ahora

Un dibujo inédito de Picasso, perteneciente a la colección de Eugenio Arias, en la nueva exposición de la Casa Natal.

Un dibujo inédito de Picasso, perteneciente a la colección de Eugenio Arias, en la nueva exposición de la Casa Natal. / Javier Albiñana (Málaga)

Tal y como explica el comisario de la exposición, Carlos Ferrer, "la etiqueta del barbero de Picasso termina convirtiéndose en algo muy estrecho que hace muy poco honor a la verdad. Eugenio Arias no fue sólo el barbero de Picasso en Vallauris: fue su amigo, su cómplice. Ambos compartieron un compromiso social, político, cultural y humano con todos los exiliados republicanos que llegaban a Francia desde España huyendo del franquismo. Los dos ofrecieron ayuda y acogida a mucha de aquella gente que llegaba a un país extraño para hacerles el trance menos difícil". Es bien sabido que Picasso regaló a Arias numerosas obras y que, como apunta el director de la Fundación Picasso Casa Natal, José María Luna, "no vendió ni una sola de ellas, sino que las regaló a su pueblo, Buitrago del Lozoya, donde se fundó un museo picassiano con el que mantenemos una estrecha colaboración". Pero Arias no lo cedió todo: se quedó una parte importante de los dibujos que Picasso le había regalado. Dibujos que daban buena cuenta de aquella amistad y que correspondían además a un Picasso distinto, más libre y con menos intención, tal vez convencido de que aquellos esbozos no trascenderían del ámbito doméstico de su amigo. Tras la muerte de Eugenio Arias en 2008, en la misma Vallauris, de donde se negó a regresar a España, su hijo Pedro decidió que aquella colección sí merecía ver la luz pública para rendir homenaje a su padre. Y ese empeño, continuado en la figura de Madeleine Arias, la nuera de Eugenio, ha cristalizado finalmente este jueves con la presentación de la exposición Exilio y nostalgia. Dibujos inéditos y libros ilustrados de Picasso en la familia Arias, que podrá verse en la Sala de Exposiciones de la Casa Natal en la Plaza de la Merced hasta el 2 de febrero como núcleo central de la nueva edición del Octubre Picassiano.

Dibujos inéditos de Picasso sobre las páginas de 'ABC' recogidos en la muestra. Dibujos inéditos de Picasso sobre las páginas de 'ABC' recogidos en la muestra.

Dibujos inéditos de Picasso sobre las páginas de 'ABC' recogidos en la muestra. / Javier Albiñana (Málaga)

Exilio y nostalgia tuvo su presentación este jueves de la mano del alcalde, Francisco de la Torre; la concejal de Cultura, Noelia Losada; y los citados Carlos Ferrer, José María Luna y Madeleine Arias. El eje principal de la muestra lo componen un total de 63 páginas del diario ABC, fechadas entre diciembre de 1962 y mayo de 1968 (aunque sólo una página, publicada el 5 de octubre de 1963, está fechada por el propio Picasso), en las que Picasso realizó los dibujos regalados a Arias. La elección de este formato no es casual: buena parte de las páginas corresponden a las crónicas taurinas, que Picasso y Arias leían y compartían "para mitigar un poco la nostalgia, ya que las corridas que podían ver en Francia carecían del calibre de las que podían ver en España", apuntó Madeleine Arias en la presentación. José María Luna, por su parte, llamó la atención sobre el hecho de que "dos republicanos convencidos leyeran las crónicas taurinas en el diario monárquico por excelencia, pero justo así compartían tanto los recuerdos como el empeño en mantener vivo su compromiso político". Así, Picasso dibuja sobre todo escenas taurinas, con toros, toreros, picadores y escenas de lidia, con rotuladores, ceras o lápices de colores, realizados de manera espontánea, a modo de garabatos como prenda de amistad. "Algunas veces, Picasso no dialoga con las crónicas taurinas, sino con otras piezas como los anuncios publicitarios. Otras veces sus dibujos no parecen guardar mucha relación con el soporte, como en la representación de cuatro cucarachas. Pero, en todo caso, lo que encontramos es un Picasso distinto y muy libre", explicó Ferrer al respecto. Luna recordó que la exposición es "fruto del trabajo del Centro de Documentación de la Casa Natal, que se ha ocupado de recibir y de catalogar los dibujos antes de su restauración, exposición y edición en el catálogo". Y que es la misma Casa Natal la que se encargará a partir de ahora de custodiar tan sustancioso legado artístico.

Recuerda Madeleine Arias que Picasso y su suegro estaban "siempre atentos al pulso de España"

Además, la exposición contiene un ejemplar del libro Dibujos y escritos, publicado por Camilo José Cela en 1961 con textos y dibujos de Picasso, que el mismo pintor malagueño regaló a Arias de manera personalizada, con más dibujos añadidos, en 1966 por su cumpleaños. El volumen contiene un total de 35 páginas decoradas con dibujos y arabescos, entre ellos el emblemático Rostro de hombre barbudo dibujado a rotulador: "Encontramos aquí a un Picasso que asume con naturalidad registros a los que había renunciado mucho antes como el arte decorativo y la abstracción. Ya cuando el cubismo empezó a derivar hacia el arte abstracto, Picasso reaccionó renunciando al mismo estilo que él había creado y abrazando la figuración. Pero aquí lo retoma con una libertad absoluta. Por eso es tan importante que ahora, por primera vez, podamos ver estos dibujos". Exilio y nostalgia presenta además otros cuatro libros ilustrados con un total de 77 estampas: Sueño y mentira de Franco (1937), Carmen de Merimée (1949), La tauromaquia de Pepe Illo (1959) y, ya fuera de la temática española, Sable mouvant de Pierre Reverdy. En total, la muestra queda compuesta por 187 piezas entre dibujos, grabados y dedicatorias.

Libros ilustrados y dedicatorias. Libros ilustrados y dedicatorias.

Libros ilustrados y dedicatorias. / Javier Albiñana (Málaga)

Sin ocultar su emoción, Madeleine Arias afirmó que esta exposición "significa el cumplimiento de un sueño que hemos perseguido en la familia durante mucho tiempo. Y a mí me alegra especialmente ver materializado el proyecto de mi marido. Eso sí, no había sitio mejor para llevarlo a cabo que la Casa Natal de Picasso. Mi suegro afirmaba que Picasso y él estaban 'siempre atentos al pulso de España'. Eran dos amigos que compartieron y se quisieron. Tanto, que el artista universal reservó un hueco a mi suegro a su lado en la última parte de su vida". Este jueves, mientras se procedía al traslado de los restos de Franco del Valle de los Caídos, dos viejos republicanos volvían a reunirse para compartir su amor a la amistad, a los toros y a España. Y habrá quien no quiera, o no pueda, verlo como una victoria.

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