¡Bailad, bailad, modernos!

Abraham Boba, en el Velvet Club.
Pablo Piñero

16 de febrero 2014 - 05:00

Velvet Club. Fecha: 14 de febrero. Músicos: Abraham Boba (teclados, voz), Eduardo Baos (bajo), César Verdú (batería) y Luis Rodríguez (guitarra). Aforo: Unas 180 personas (lleno).

Se preguntan los León Benavente qué significa la palabra amor. Qué cosas tienen. Y, más, en pleno San Valentín. Buscan la respuesta en la ruptura. En el hogar, las caricias, el dolor. En momentos. En palabras vacías y silencios que lo dicen todo. Eso está muy bien, pero quizás haya que dejarse de historias en algún momento. Y, en noches como la del viernes, el amor se transforma en música, en saltos, en baile, en sonrisas y cervezas. Para qué darle más vueltas al tema.

Llegaba el respetable plenamente enamorado de este grupo de moda, agotando incluso las entradas días antes. Y, entre modernos y hipsters, no cabía un alfiler en el Velvet Club. Tampoco, casi, en el escenario, donde los cuatro miembros de León Benavente se encajaron entre teclados, guitarras y percusiones. Hacía calor. Y era difícil moverse sin temor a tocar algo que no debías. Daba igual. Bastaron unos cuantos acordes para que las miradas de público y banda se cruzaran para desearse amor eterno (o hasta que aparezca el próximo grupo de moda).

Tienen muchos grupos indies algo en común: les falta corazón. Suenan bien, pero no conectan. Y quizás por eso León Benavente agota el papel y suenan en Radio 3 a todas horas. Sí que tienen alma. Sí que enganchan. Sí que divierten. Sí que se vacían y regalan lo que saben hacer sobre el escenario. Y eso es lo importante. La banda dio todo lo que tiene. Repasó su primer larga duración (con nombre homónimo al grupo) y también su EP Todos contra todos. Y dio la sensación de ser carne de festival. De que estos cuatro músicos van a pasar un verano trabajando sin parar por los escenarios del país para alegría de sus fans.

Llegaba por primera vez esta banda a Málaga con ganas de demostrar por qué son uno de los grupos del momento y lo hicieron de notable alto. Con un éxtasis final gracias a su canción más conocida: Ser brigada, con la que el Velvet se puso patas arriba. Fue casi el único momento, porque parece que a los modernos les está prohibido bailar y abandonar su postureo. Un concierto rápido e intenso con una conclusión: León Benavente debe volver.

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