Una mirada al Barroco y una lectura de la Historia de la literatura en clave femenina
Afirmó ayer Luis Alberto de Cuenca, guiñando su ojo más borgeano, que la novela histórica es "un ejemplo de novela fantástica que intenta evitar los anacronismos". Y lo hizo para alabar el equilibrio virtuoso entre investigación histórica y ficción literaria de la que hace gala la escritora granadina afincada en Málaga Herminia Luque en Amar tanta belleza, una novela que protagonizan dos personajes que vivieron en el siglo XVII: María de Zayas y Ana Caro Mallén, las dos mujeres y las dos escritoras, lo que sirve en bandeja, además, una lectura de la Historia de la literatura española en clave femenina. Durante su intervención, Luque explicó que la novela tiene su germen en el encuentro que ambas mantuvieron en Madrid en 1637: "Ana Caro se trasladó allí desde Sevilla con la intención de probar suerte en el mundo literario, y María de Zayas ya era una autora afamada como poeta, había sido citada por Lope de Vega y justo en aquel año publicó la obra que le prodigó el reconocimiento definitivo, sus Novelas amorosas y ejemplares. De hecho, las dos llegaron a convivir en Madrid durante un año". El contexto de la novela es de la España de Felipe IV, "una sociedad dividida y fuertemente jerarquizada, gobernada por una corte tan fastuosa como corrupta". La investigación en torno a estas dos escritoras a modo de autoficción, el suceso de un terrible crimen y la revelación de un secreto fatal veinte años después de aquel 1637 en Granada constituyen los ingredientes novelescos de una obra que, como los clásicos, cumple con el doble cometido de deleitar y enseñar. Como anécdota, cabe subrayar que Luis Alberto de Cuenca se refirió ayer a Ana Caro Mallén como una autora "menor" en comparación con María de Zayas, afirmación que fue concienzuda y documentadamente rebatida por Herminia Luque.
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