El Brujo regresa con 'El Lazarillo de Tormes' al Teatro Alameda

Hablar de El Lazarillo de Tormes según Rafael Álvarez El Brujo significa hablar de un periodo nada desdeñable de la historia reciente del teatro español. El de Lucena lleva ya casi treinta años metido en la piel de la genial criatura del Siglo de Oro, en la espléndida versión de Fernando Fernán-Gómez, y ahí sigue. Desde entonces, el actor y director ha realizado otros muchos (muchísimos) espectáculos (hoy mismo, precisamente, estrena en Úbeda La luz oscura de la fe con motivo de la festividad de San Juan de la Cruz, y el verano pasado volvió a meterse al público del Festival de Teatro Clásico de Mérida en el bolsillo con El asno de oro de Apuleyo), pero entre La Odisea y El contrabajo, entre El Evangelio de San Juan y Mujeres de Shakespeare, El Lazarillo ha sido una constante en la carrera de Rafael Álvarez, una de las más fecundas y asombrosas de la escena nacional del último siglo. Ahora, El Lazarillo de Tormes regresa a Málaga: lo hará con tres funciones los próximos 15 y 16 de febrero en el Teatro Alameda, un escenario donde esta obra (al igual que otras piezas memorables de El Brujo) ya pudo verse, así como en otros escenarios de la provincia como el Teatro del Carmen de Vélez-Málaga. Pero a buen seguro muchos de quienes ya la han visto repetirán; y quien no lo haya hecho, no debería perdérselo. Las entradas, por si acaso, ya están a la venta.

En la versión que Fernán-Gómez acuñó del anónimo late todo el mundo del Barroco de un modo tremendamente cercano, así como el humanismo que hizo de su autor (¿Diego Hurtado de Mendoza?) una fuente pionera de la que no dudó en beber Cervantes. El Brujo, como siempre, no escatima en guiños a la actualidad para encandilar al público, guiado con destreza de la mano del clásico.

Además de esta joya, el Alameda propone para el comienzo de 2014 El diario de Adán y Eva con Fernando Guillén Cuervo y Ana Milán y Última edición con Natalia Dicenta. Hay para todos.