Cultura

Charo López y Ron Lalá recuperan a La Celestina en 'Ojos de agua'

  • La obra se representa hoy y mañana en el Echegaray, dentro del Festival de Teatro

La actriz Charo López, la compañía Ron Lalá (aclamada en los últimos años por su empeño en devolver a la escena contemporánea los clásicos del Siglo de Oro español, Quijote incluido) y un hito de la literatura española como La Celestina convergen este fin de semana en la primera cita de relumbrón del Festival de Teatro de Málaga. En Ojos de agua, la intérprete lleva a escena a Celestina a solas, sin artificio. Con el apoyo de dos miembros de Ron Lalá, Yayo Cáceres en la dirección y Álvaro Tato como responsable de la dramaturgia, Charo López da nueva vida al texto de Fernando de Rojas en un monólogo en el que la alcahueta, escondida en un monasterio, rompe su voto de silencio ante las monjas de clausura para recordar los amoríos de Calisto y Melibea, los enredos de sus criados y su libertad.

Ojos de agua, segundo montaje de la edición 2015 del Festival tras el estreno de esta noche de Trópico, se pone en escena en el Teatro Echegaray hoy y mañana. Los más inolvidables pasajes de la inmortal pieza del bachiller toledano componen un monólogo sobre el tiempo gozado y perdido, el sexo como placer y arma, la belleza como regalo y condena, la alegría de vivir a pesar de todo. Charo López llena con estos mimbres toda la escena, con los únicos apoyos en las tablas del actor Fran García como el Espíritu de Pármeno y la voz y la música de Antonio Trapote.

Creada a partir de diversos fragmentos de La Celestina, Ojos de agua desarrolla, según reza en la promoción del espectáculo, los grandes temas de la obra original que enlazan directamente con nuestro tiempo, y explora a un personaje tan fascinante como contradictorio, en busca de sus secretos más profundos. De cualquier manera, Ojos de agua constituye una nueva oportunidad para volver a comprobar la actualidad de los argumentos contenidos en La Celestina: pues las debilidades humanas, ya se sabe, siguen siendo las mismas desde los albores del Renacimiento.

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