Cultura

Chema Cobo: “El arte es el señuelo para contar lo que la gente no quiere ver”

  • El pintor gaditano Chema Cobo ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo 

  • El artista, dice, ha de desmontar los “clichés” y desnudar “las falsas verdades”

Chema Cobo, en una de sus exposiciones recientes en Málaga.

Chema Cobo, en una de sus exposiciones recientes en Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

Chema Cobo (Tarifa, 1952) comenzó a estudiar Filosofía en Cádiz y Lingüística General en la Autónoma de Madrid. Empezó a hacer películas en Súper 8 y luego pasó al dibujo, allá por 1975. Desde entonces no ha abandonado el pincel. Miembro de la Nueva Figuración Madrileña, Cobo ingresó ayer en la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo. El acto contó con la laudatio de Fernando de la Rosa Ceballos.

–¿Qué le ha supuesto ingresar en la Academia de Bellas Artes de San Telmo?

–Es agradable que cuenten contigo, sobre todo, a ciertas alturas de tu vida. Pero ha sido una sorpresa. Hay ciertos honores y premios que no te esperas nunca así que cuando caen, bienvenidos sean. Lo malo es esperar cosas y que después no sucedan, eso es lo frustrante. Como yo no espero nada, todo me agrada y me sorprende.

–Tituló su discurso El artista es un fingidor. ¿Qué papel tiene que jugar el creador en esta sociedad?

–Desde pequeño siempre me gustaron las máscaras, interpretar diversos personajes. Y eso me valía para el arte, me convertía en un personaje ilimitado que se iba multiplicando. De ahí el artista como fingidor. La ficción, la fantasía, al fin y al cabo, es la que cuestiona la realidad.

–¿Dónde queda el realismo?

–El mero hecho de describir la realidad directamente solo lleva a frustraciones y a crear ilusiones falsas. Intento darle la vuelta a cómo se ha concebido la historia de la pintura. Siempre se ha pensado que el que más fiel cuenta la realidad es un artista más auténtico. Pero pienso que la autenticidad es lo último que se pide en el arte.

–¿Entonces qué es el arte?

–Es un señuelo para contar lo que la gente no quiere ver, utilizando una serie de artificios, las cosas que pasan en el mundo y no se quieren ver, así de fácil.

–¿El arte tiene que poner el dedo en la llaga?

–La intención nunca es esa, aunque a veces pase. Que una obra termine siendo política depende más de las circunstancias que de las intenciones. El estúpido es el artista que piensa que está haciendo arte político, porque el artista no es dueño de ese lenguaje. El artista que arriesga, descolocando situaciones ya dadas puede terminar siendo más político que el que tiene una intención claramente política. El artista que define su arte como político termina siendo un empleado del poder y un artista de propaganda.

–¿Cuál es el principal objetivo del arte?

–El arte es hacer extraño lo cotidiano y cotidiano lo extraño. Buscar la extrañeza en lo que aparentemente es normal y al revés. El ser humano tiende a crearse ilusiones para no ver lo que tiene alrededor. Se ampara en verdades heredadas, en clichés, en tópicos y el artista es el destroza esos tópicos, el que desnuda las falsas verdades.

–Hace ya años que tiene su estudio en Alhaurín el Grande. Antes ha trabajado en Nueva York, en Alemania y en otras grandes ciudades. ¿Cómo es ahora su proceso creativo?

–Cuando era más joven necesitaba cotejar más información y ahora mismo tengo tanta que la operación de trabajo es más una cuestión de limpieza, de destilar las ideas o encontrar nuevas, pero destiladas, fuera de influencias. Ya no necesito tantos estímulos exteriores, aunque las noticias, lo que oyes o ves, te estimula claramente.

–¿Hay demasiado ruido?

–Sí, demasiado. La gente vive en Internet, en Instagram, en Facebook, y todo eso son máquinas que influencian y que hacen lavados de cerebro. Es tanta información aparente la que te dan que la gente pierde la capacidad de discernir. Muchas veces es mejor desconectarse y aislarse, porque necesitas que maduren las cosas en la cabeza.

–¿En qué está trabajando ultimamente?

–Acabo de terminar una exposición, estoy empezando a hacer cuadros de gran formato para una muestra en Madrid. Y alguna cosa que se cuece en varios museos.

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