Que en una Málaga vacía, en el mismo corazón de la ciudad desierto (o casi) por la epidemia del coronavirus, se escuche de pronto la voz de Carlos Álvarez interpretando el Himno a la alegría, sólo puede interpretarse como un signo de esperanza. Y así ha sido: el barítono malagueño ha cantado este lunes en una calle Larios prácticamente vacía, surcada apenas por algunos transeúntes solitarios, la célebre partitura de Beethoven con la letra que popularizara Miguel Ríos, lo que ha reclamado sin remedio la atención de los pocos que pasaban. Álvarez ha cantado, como corresponde, sin público, pero ante las cámaras: su actuación ha sido grabada dentro de una acción en exteriores del programa de Canal Sur Tierra de talento, en el que el mismo cantante participa como jurado, y podrá verse en la emisión del sábado 2 de mayo.

Carlos Álvarez atiende a los medios en un descanso de la grabación

Tal y como informaron desde la la productora, Álvarez ha interpretado una versión de la pieza adaptada a su registro de barítono en la que el propio intérprete había venido trabajando anteriormente. La grabación, realizada bajo todas las medidas de seguridad y con la colaboración de la Málaga Film Office, ha tenido que hacer frente al clima primaveral que despachó algo de viento por la mañana, aunque finalmente se impuso el sol para el mayor lucimiento de Carlos Álvarez, que se mostró en todo caso, como siempre, paciente y generoso. Las mismas fuentes recordaron que Tierra de talento es el único talent show de la televisión que mantiene su formato íntegro a pesar de la cuarentena, gracias al despliegue tecnológico desarrollado. Con el Himno a la alegría cantada por Álvarez en el corazón de Málaga, no hay más remedio, pues, que acogerse a la esperanza.