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La Orquesta Filarmónica de Málaga propone grabar conciertos sin público para su emisión en televisión

  • La agrupación, que da ya por cerrada la temporada, ha alcanzado un acuerdo con Canal Málaga que le permitirá mantener la actividad mientras los teatros continúen cerrados

Concierto de la OFM en el Teatro Cervantes con el director Manuel Hernández Silva.

Concierto de la OFM en el Teatro Cervantes con el director Manuel Hernández Silva. / Javier Albiñana (Málaga)

El decreto del estado de alarma y el posterior confinamiento pilló a la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) cuando se disponía a grabar para el sello IBS Clásica un disco con el Don Quijote de Arturo Díez Boscovich que se había estrenado en formato de poema sinfónico con narrador el mes anterior. A partir de entonces, la coyuntura ha sido implacable: además de la grabación de éste y otros proyectos, la orquesta se vio obligada a cancelar todos los conciertos restantes de la temporada de abono y las actuaciones extraordinarias hasta dar por concluido el curso con tan triste anticipación. La atención, tal y como confirmó a Málaga Hoy el gerente de la OFM, Juan Carlos Ramírez, está puesta ya en la posibilidad de hacer conciertos durante el verano (“cuando tal vez se permitan algunas actuaciones al aire libre; de momento, y por si acaso, hemos adelantado parte de las vacaciones a los músicos para poder disponer de más tiempo en julio y agosto”, matiza) y el otoño; pero si para entonces los teatros continuaran cerrados, la orquesta tiene preparado un plan especial para mantener su actividad: la grabación audiovisual de conciertos sin público para su posterior emisión en televisión.

“Lo único que tenemos claro es que la temporada ya ha llegado a su fin. A partir de ahí, necesitamos certezas para seguir trabajando en la medida de lo posible”, explica Ramírez, quien señala que la opción audiovisual permitirá ofrecer una programación determinada mientras los teatros sigan clausurados”. Para ello, la OFM ha alcanzado ya un acuerdo con Canal Málaga, que emitirá las grabaciones. Ramírez explicó que la medida ha sido “muy bien acogida” tanto por los maestros de la orquesta como por solistas y directores a los que ya se les ha propuesto que actúen como invitados (“En el caso de que no puedan viajar a Málaga los que residen fuera, lo organizaríamos todo con músicos locales”, apunta el gerente), que de manera unánime “se han comprometido a participar”. Más aún: la iniciativa ha tenido una resonancia tan positiva, incluso a nivel nacional, que la OFM quiere mantenerla una vez que pueda volver a sus escenarios habituales, como el Teatro Cervantes y el Auditorio Edgar Neville: “Nosotros trabajamos para el público, y si el público no puede venir a ver la orquesta siempre podrá verla por televisión. Pero si una vez que se recupere la actividad con normalidad seguimos grabando los conciertos y emitiéndolos de esta manera, aunque sea puntualmente, estaremos llegando a un público potencial que podría interesarse y venir después al teatro. Es una herramienta muy interesante en la que confiamos y que queremos seguir explorando”, explicó Ramírez.

La Filarmónica apuesta por desarrollar el proyecto también cuando abran los teatros

Tal y como señaló el gerente, el problema relativo a las distancias de seguridad que el público tendrá que mantener previsiblemente cuando pueda volver al teatro se complica en el caso de un concierto sinfónico, ya que los músicos de la orquesta, que por lo general llenan los escenarios, también tendrán que guardarlas. Y eso afectaría a la grabación de los conciertos para televisión, ya que, aunque se realizaran sin público, los músicos se verían obligados a guardar estas distancias, lo que implicaría una reconfiguración de la orquesta: “A día de hoy los músicos ni siquiera pueden reunirse. Y cuando ya puedan hacerlo habrá que observar ciertas medidas que seguramente tendremos que mantener durante bastante tiempo, con público o sin él. Con vistas a la grabación de los conciertos para televisión, sería complicado hacerla en la sala de ensayos, porque el espacio no es muy amplio y los músicos no podrían guardar las distancias entre ellos. Pero sí sería posible llevarlo a cabo en los escenarios en los que hacemos los conciertos, en el Teatro Cervantes y especialmente en el Auditorio Edgar Neville, donde el área de las butacas es retráctil y una vez replegada podría utilizarse en lugar del escenario con una amplitud más que suficiente”.

De cualquier modo, todo apunta a que, una vez reunidos, los músicos tendrán que guardar una distancia de un metro de seguridad entre ellos. Y que seguirá siendo así incluso cuando los teatros abran sus puertas, porque el recelo y la vigilancia de estas medidas se mantendrá álgido también cuando se recupere la actividad. Esto se traducirá en una reconfiguración de la orquesta respecto a su puesta en escena “y en que cada músico tenga su atril y sus partituras, en lugar de compartirlos”, señala Ramírez, quien añade: “No sería extraño que se exigiera a los músicos salir a tocar con mascarillas. Hace algunas semanas, algunas empresas empezaron a comercializar unas mascarillas especiales para intérpretes de instrumentos de viento. Al principio todo el mundo se reía, pero ahora todas las orquestas se están planteando adquirirlas. Hay que ser conscientes de que la recuperación va a ser lenta y que habrá que tomar medidas. Pero, pase lo que pase, la emisión de conciertos en televisión nos permitirá trabajar, desarrollar una programación y ofrecer propuestas al público”. Los tiempos, por tanto, seguirán siendo extraños. Pero quedará la música.

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