El Echegaray estrena 'El último beso', una montaña rusa de emociones
La penúltima obra de producción propia de la temporada, escrita y dirigida por Jerónimo Cornelles, estará en cartel hasta el 28 de mayo
Cuando una mujer tiene que tomar la decisión más difícil, desconectar a su marido de las máquinas que lo mantienen con vida tras sufrir un accidente, aparece en la sala de espera Laura, una chica transexual que resulta ser la amante del maltrecho esposo. Este punto de partida le sirve a Jerónimo Cornelles para trazar el argumento de El último beso, "un dramón muy cómico o una comedia muy dramática", afirma el autor y director del sexto montaje de Factoría Echegaray, el penúltimo de la temporada. Carlos Bahos como Laura y Alejandra Cid en la piel de Erika realizan el duelo interpretativo al que se apunta, para destensar la situación o añadirle aún más enredo, Pablo Fortes, que se mete en la piel de un psicólogo que carga con muchas más limitaciones de las que debiera. La obra, que pretende ser "una montaña rusa de sensaciones" estará en cartel hasta el próximo 28 de mayo.
"Es una obra de teatro textual, que no sabría clasificarla si como comedia o como drama, sobre todo porque creo que la comedia y el drama están unidos, a veces en momentos muy dramáticos es cuando estalla el ataque de risa", explica el dramaturgo valenciano, también actor y gestor cultural. Cornelles explica que toda la acción transcurre en la sala de espera de un hospital. "Cuando aparece la amante del marido, que es transexual, comienzan a mirarse las dos, a intentar adivinar lo que él vio en cada una y quién debe moralmente tomar la decisión de desconectarlo", afirma el director de El último beso. Hay un tercer personaje, como relata el autor, que es el psicólogo, "que se supone que viene a acompañarlas en el proceso hasta el fallecimiento, a calmar la situación aunque consigue todo lo contrario, finalmente él es el que más ayuda necesita".
Para Cornelles la obra nace del conflicto "y es en esa situación límite donde ocurren las acciones dramáticas". El director teatral agrega que "este espectáculo para que funcione solo necesita tres actores y estoy muy sorprendido con el casting, en Málaga he flipado con el nivel actoral y con la gente, creo que he sido muy afortunado con el elenco, ellos te hacen reír y llorar". Tras un trabajo "muy intenso" desde el pasado mes de febrero, hoy llega la fecha del estreno y el dramaturgo agradece que la obra tenga 12 funciones. "En estos tiempos en los que todo se consume tan rápido, es muy destacable que se mantenga en cartel tanto tiempo, para asentarse y crecer, la obra no va a ser la misma hoy que el próximo día 28", considera.
Cornelles afirma que ha tenido "el mejor elenco posible, tres actores que se han tirado a la piscina completamente, que no han juzgado las decisiones, que se han dedicado a trabajar, a probar y experimentar a ver si funcionaba". Y añade que "la confianza que ellos han depositado en mi ha sido básica para que el espectáculo funcione". También lo hace, asegura, por el equipo humano que hay detrás de Factoría Echegaray. "Todas las administraciones públicas de todas las comunidades debería de plagiar este modelo, porque crea industria, empleo y da visibilidad a los creadores", señala Cornelles y reitera que "trabajar en producciones públicas es un lujo, ojalá cundiera el ejemplo y hubiese muchos más proyectos similares".
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