Su lenguaje creativo y su universo escultórico son inconfundibles. Las figuras "más o menos deformadas", como la propia artista explica, las familias, las parejas, los animales que se intuyen en formas robustas y contundentes tienen su sello propio y hablan de Elena Laverón (Ceuta, 1938) sin necesidad de palabras. Se han alojado en parques, en paseos, en rotondas y ya forman parte de la fisonomía de la ciudad. Pero hasta el 30 de septiembre sus piezas descansarán junto al mar. Para ser fotografiadas, miradas y disfrutadas por los cientos de turistas y malagueños que pasean por el Palmeral de las Sorpresas.

La muestra titulada Caminantes en el puerto está compuesta por 14 piezas a modo de retrospectiva. La mayoría de ellas están fundidas a bronce y dos talladas en piedra artificial. La pieza más grande, Mujer recostada en tres módulos, mide unos cuatro metros de ancho por dos de largo. La titulada Caminante Nº1 es la primera vez que se expone en gran formato. "Realmente estas obras proceden de toda una vida de creación, he elegido lo mejor de cada época para ampliarlo", indicó ayer la autora tras la inauguración oficial de la muestra.

Una exposición al aire libre realizada en Torremolinos, su ciudad de residencia, fue la precursora de esta muestra. "Vino a verla el presidente del puerto y le gustó, quiso traerlas aquí y desde entonces hemos estado trabajando para hacerla posible", comentó Laverón, que siempre ha pensado que "la escultura tiene que ser al aire libre, como mobiliario urbano y que la gente participe de ella, que se suban en la pieza, que jueguen los niños, que haya un diálogo entre el público y la obra".

La muestra se abre con el grupo escultórico Los oficios, creado en 1999. La siguiente pieza se titula Caballo, de 2001 y el recorrido continúa con Familia sentada (1969), Pareja como columna (1995), Torso de hombre con cabeza (1984), Tres personajes (1989) y Figura de pie con brazos sobre la cabeza (1991). Bajo la pérgola ondulante del Palmeral se sitúan también Pareja sentada (1975), Mujer recostada (1969) y Mujer banco (1995) hasta llegar al Caminante Nº1 y seguir con Pareja sentada en dos módulos (1987) y Oso (1964) para terminar con Mujer recostada en tres módulos (1985).

"Las obras que me han gustado las he ido ampliando, cuando puedo las hago en gran formato", apuntaba ayer la escultora, que hablaba de personajes recurrentes que se han ido transformando a lo largo de su carrera. Los seres individuales, las parejas, las familias, los grupos de personas y los animales.

"La exposición pretende ser, sobre todo, un homenaje a los malagueños, que ocupan este espacio para disfrutar y pasear en este bicentenario de La Farola", dijo ayer Paulino Plata, presidente del puerto de Málaga, que subrayó que el año pasado más de 9 millones de personas caminaron por el Palmeral y el Muelle Uno. "Creo que hay una complementariedad perfecta entre la obra de Elena Laverón y el espacio, el marco no puede ser mejor y la obra se explica por sí misma, tiene una habilidad extraordinaria para las formas, para ocupar espacios y resaltar los vacíos. Plata también resaltó que "se presenta ante la ciudadanía una obra que da título a la exposición, El caminante, una pieza que llegó ayer de fundición y que estamos viendo por primera vez en este lugar tan especial".

El consejero de Fomento, responsable de la cesión del espacio para la realización de la muestra, destacó que la exposición se trata de "dar una razón más para una visita a un lugar privilegiado, es una obra magnífica y con el ya demostrado reconocimiento internacional". El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, también indicó que la obra de Laverón "dialoga muy bien con la oferta cultural del Pompidou y, sobre todo, es una invitación más para disfrutar del mar gracias a estas espléndidas creaciones".